Opinión

Eso no es periodismo

Jaime Villanueva, exasesor de Patricia Benavides, ha develado el omnímodo poder de la ONG de izquierda IDL en el Ministerio Público. Si bien todas las delaciones del “filósofo” deben ser corroboradas, lo dicho sobre Gustavo Gorriti era prácticamente un secreto a voces.

Villanueva ha contado que Gorriti impuso a Pedro Chávarry la designación de Rafael Vela Barba como coordinador del Equipo Especial Lava Jato. Chávarry, en efecto, ha confirmado que se reunió con el director de IDL.

El exfiscal de la Nación no admite dicha presión, mas, hallándose contra las cuerdas por los audios inocuos del caso ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’, no es desquiciado pensar que accedió a la solicitud del oenegero, para congraciarse con quien difundía estas conversaciones para quebrar a sus enemigos políticos.

También Jaime Villanueva ha relatado ante la Fiscalía que la periodista Romina Mella, de IDL, tenía un escritorio en el despacho de José Domingo Pérez, en donde revisaba documentos reservados y escribía en una computadora.

Esta versión se condice con lo antes manifestado por el fiscal Hamilton Castro, quien ha denunciado que, en una reunión que sostuvo con Pablo Sánchez y Gustavo Gorriti, este último lo grabó de manera subrepticia.

Villanueva ha dicho, asimismo, que Gorriti se reunía en su casa con Domingo Pérez y Vela Barba para diseñar la estrategia del caso ‘Cócteles’, en el que está acusada Keiko Fujimori. De acuerdo el exhombre de confianza de Benavides, Gorriti era quien dirigía la investigación contra Fujimori y sus allegados por organización criminal, lavado de activos y otros delitos. En la “entrevista” que brindó Gustavo Gorriti a su amiga Rosa María Palacios, este no descarto que pudieron llevarse a cabo reuniones con fiscales en su vivienda. A confesión de parte…

El “filósofo” afirmó, a su vez, que Vela le entregó información a Gorriti para “cercar” al expresidente Alan García, que se quitó la vida para evitar ser apresado por el caso ‘Odebrecht’. Como bien recordará el lector, cuando García llegó al Perú desde España para colaborar con la justicia, le tendieron una celada para evitar que salga del país.

Mientras el fallecido líder aprista declaraba ante el MP, José Domingo Pérez solicitaba su impedimento de salida del país, con base a una publicación del IDL acerca de que Alan recibió 100 mil dólares de la corrupta constructora brasileña por una conferencia. En su momento, se tejió la absurda hipótesis de que se trataba de una coima diferida. Después de que se suicidara el dos veces exmandatario, Gustavo Gorriti dijo que, de saber que iba a acabar con su vida, le hubiera dado una tregua.

Los defensores de Gorriti, que espero se recupere del cáncer que padece, señalan que todo lo hecho por el periodista se enmarca en el derecho a la libertad de prensa. Sin embargo, periodismo no es influenciar en fiscales o dirigir -en las sombras- investigaciones.

Por ello, la Fiscalía debe abrirle pesquisa y no blindarlo, pero eso no pasará hasta que el actual titular del Ministerio Público, José Villena, sea defenestrado, pues, según Jaime Villanueva, Gorriti lo tiene amenazado (¿acaso con algún audio de ‘Los Cuellos Blancos’?).