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Opinión

El Señor de los Milagros era Africano

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La historia que conocemos sobre el Señor de los Milagros o Cristo de Pachacamilla en Perú es que un esclavo negro, de quien se desconoce su nombre, un día pintó una imagen de Jesús crucificado en un muro y luego hubo un terremoto, quedando en pie solamente la pintura realizada por el esclavo. Este evento fue considerado un milagro en la época y desde entonces se celebra un culto que venera la imagen del Cristo que fue pintada en el muro y que perdura en la actualidad. Actualmente millones de personas se congregan en torno a esta imagen, no solamente en Perú, sino también en América Latina. Sin embargo, la historia no fue tan simple como nos la cuentan.

Pero antes de contar la historia, es importante tener claro algunos aspectos de contexto histórico que nos van a ayudar a comprender mejor lo que pasó y porqué ocurrieron.

Uno de los primeros aspectos es que la Iglesia Católica en América Latina tenía una política expresa de eliminar las demás religiones e ideologías existentes. Y esto era algo que se empezó a gestar desde finales del 1400 y comienzos del 1500 a través de varias bulas, o decretos, papales que entre otras cosas habían dado a la Corona Española el dominio sobre los nuevos territorios, así como el poder de representar a la Iglesia, evangelizar y reemplazar a las deidades locales. En el caso del Perú, dos obras principales materializan las acciones de reemplazo de deidades locales y son “La Extirpación de la Idolatría en el Perú” del Padre Pablo Joseph de Arriaga, publicado en 1621, y la “Carta Pastoral de Exhortación e Instrucción contra las idolatrías de Indios del Arzobispado de Lima por el Ilustrísimo Señor Dr. Don Pedro de Villagómez Arzobispo de Lima, A sus visitadores de la idolatrías, y a sus vicarios y curas de la doctrina de indios”, publicado en 1646, y que era la versión “recargada” del libro de De Arriaga. Pero la idea de todo esto no era solo para “convertir” a los indígenas y los esclavos, sino también para contrarrestar la expansión de las ideas de Martin Lutero y eliminar a los judíos. Además, debido a que la Corona controlaba la Iglesia, si se debilitaba la Iglesia, la Corona también se debilitaría.

Otro aspecto de contexto es que a mediados del 1600 la Corona y las colonias pasaban por un momento de inestabilidad política y económica que hizo que se reduzca la capacidad de represión interna. La Crisis de 1640 fue la crisis política más grave que vivió la Monarquía Hispánica ya que a punto estuvo de acabar con ella y de hecho se produjeron diversos hechos importantes como la sublevación de Cataluña, conspiraciones para derrocar al régimen, que no tuvieron éxito, y la secesión del reino de Portugal. Esta debilidad de control interno se sintió también en las colonias y fue una de las causas para la aparición de los palenques. Los palenques eran barrios, caseríos, incluso refugios, quintas o solares en los cuales el control y la administración de facto la tenían los esclavos rebeldes, conocidos como cimarrones. Algunos palenques llegaron a tener armas de fuego, caballos y almacenes de comida.

Fue entonces alrededor de 1650 que un visitador, es decir un cura dedicado a la extirpación de idolatrías, había visto que en Pachamilla se había formado un palenque en el que se generaba mucho desorden, ruido y desbarajuste creado por los cimarrones y la situación se había puesto fuera de control. Los registros hablan de que los esclavos habían regresado a una descarada y abierta adoración a sus deidades africanas lo cual era algo totalmente intolerable.

Luego de pasar por varios superiores eclesiásticos y de ahí a varios superiores militares, el caso llega a oídos del virrey, quién encarga a su secretario que se encargue del asunto, y éste envía a un soldado para calmar la situación. Este soldado llega entonces al establo de Pachamilla, al palenque limitante con la casa-huerta de Don Diego Tebes Montalvo Manrique de Lara, cerca al límite del actual distrito de Pachacamac,

y luego de ingresar a tratar de poner orden, tal y como narra en su acta, es expulsado por los cimarrones. Lo más probable es que lo molieron a palos y le patearon varias veces las cuatro letras que le quedaban del honor perdido. Algo interesante que narra este soldado es que los esclavos negros estaban adorando una imagen de colores verde y amarillo, lo cual difiere mucho de los colores oscuros y sombríos que caracterizan la imagen conocida del Señor de los Milagros. ¿A quiénes estaban adorando entonces los esclavos?

Haciendo una revisión de las deidades africanas podemos encontrar que en la Regla de Ifá de la religión Yoruba, la religión predominante de los esclavos africanos traídos a América Latina, existen dos divinidades que coinciden con los colores verde y amarillo. Ogún, divinidad de los metales, del hierro y de la guerra, y figura fundamental en las luchas de los esclavos por la libertad, estaba representado por el color verde. Mientras Ochún, diosa de la esperanza, el amor, la belleza y la diplomacia, la reina de los ríos y las aguas dulces, y que enseña el placer y la felicidad, estaba representada por el color amarillo. En otras palabras, lo que los esclavos pedían a sus dioses era tener esperanza y que les permitan ser libres.

En la religión Yoruba, tal y como cuentan los Orishas, especie de sacerdotes y protectores de las prácticas religiosas, las divinidades africanas no tienen necesariamente una configuración humana como en la cristiana. Una vasija de cerámica con ramas, piedras y hojas puede representar una divinidad, o también, elementos de la naturaleza con ciertos colores pueden también representar a sus divinidades. En el caso cubano, se dio un sincretismo religioso en el cual todas las divinidades Yoruba fueron “convertidas” en santos o vírgenes de la Iglesia, según afirman los actuales Orishas, debido a un acuerdo entre los antiguos Orishas y la Iglesia Católica de ese entonces. Así, por ejemplo, Yemayá, diosa del mar, era la virgen María vestida con blanco y celeste. Oyá, Diosa guerrera, señora del fuego, los truenos y el viento, seria representada por la Virgen de la Candelaria, y así todas las divinidades Yoruba.

Regresando al soldado. Luego de la paliza que recibió, se ordenó esta vez que se enviara un regimiento con 60 soldados para que pusiera orden y terminara con la insolencia de los esclavos. Se desconoce lo que pasó luego con los cimarrones, pero lo que sí se sabe es que semanas después apareció la imagen pintada de un cristo crucificado, pudiéndose afirmar que esto se hizo en el mismo lugar donde se había encontrado la imagen con colores verde y amarillo que adoraban los esclavos.

La historia difundida dice que fue un esclavo angoleño, quien guiado por un ángel pintó la imagen que hoy conocemos. Sin embargo, es válido preguntarse: ¿cómo un esclavo que no sabía leer ni escribir, y que probablemente nunca había entrado a una iglesia, repentinamente había desarrollado cualidades artísticas casi profesionales para la época, que le habían permitido representar con cierta precisión, proporción y destreza la figura de Cristo crucificado?

Lo más probable es que un estudiante de la Escuela Limeña de arte de la época virreinal haya sido el autor y que lamentablemente hoy, por las cuestiones políticas y religiosas de ese entonces, no tenga el reconocimiento que merece. Además, en esa época se utilizaban mucho las plantillas. Figuras de Cristo crucificado muy parecidas a la del Señor de los Milagros abundan en el arte religioso cristiano y datan de varios siglos antes que apareciera en Pachacamilla. El uso del color morado viene aún mucho después, ya cuando los devotos se organizan y escogen el color de la penitencia y la humildad para expresar su fe. El Señor de los Milagros actualmente no tiene los colores verde y amarillo como tonos predominantes que mostrarían su origen africano. Mantiene colores oscuros, muy profundos, como si se hubieran colocado sobre algo que se quería cubrir.

Lo significativo de esta historia es ver como un proceso de transformación religioso, ciertamente promovido y liderado por las autoridades eclesiásticas, ha tenido un eco importante en la población y actualmente convoca a millones de personas en una creencia común que puede mover montañas. Ello sin contar la maravillosa oportunidad de comer turrón de doña pepa, algo que en estas celebraciones de octubre es infaltable.

(*) Investigador

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Alberto Fujimori, un presidente que marcó al Perú

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Con el fallecimiento de Alberto Fujimori, el Perú se despide de una de las figuras políticas más influyentes y controvertidas de su historia reciente; nos deja un legado de transformaciones profundas, logros importantes y también polémicas que seguirán siendo objeto de reflexión y debate.

Fujimori asumió el poder en un contexto de caos e incertidumbre, en 1990 el Perú estaba sumido en una crisis económica sin precedentes con hiperinflación, pobreza extrema y un Estado debilitado por la violencia terrorista de grupos como Sendero Luminoso y el MRTA, en ese escenario Fujimori se presentó como una alternativa a la clase política tradicional, prometiendo orden y estabilidad.

Uno de los logros más destacados de su gobierno fue la derrota del terrorismo. Bajo su liderazgo, se implementaron estrategias efectivas para desarticular a Sendero Luminoso, incluida la captura de su líder, Abimael Guzmán, en 1992.

Este hecho cambió el rumbo de la historia del país y devolvió la tranquilidad a millones de peruanos que vivían atemorizados, aunque los métodos utilizados fueron controvertidos y algunos cuestionaron su respeto por los derechos humanos, no se puede negar que el Perú experimentó una transformación significativa en términos de seguridad y paz interna.

En el plano económico el gobierno de Fujimori también marcó un punto de inflexión; ante una inflación descontrolada y una economía en ruinas, su administración aplicó reformas radicales que estabilizaron la economía.

Las medidas incluyeron la liberalización del mercado, la privatización de empresas estatales y la atracción de inversión extranjera; estas políticas, aunque dolorosas en el corto plazo sentaron las bases para el crecimiento económico sostenido que el Perú experimentó en las décadas siguientes; el gobierno de Fujimori creó las condiciones necesarias para el desarrollo y modernización que vivió el país.

Fujimori también impulsó proyectos de infraestructura significativos como la construcción de carreteras, hospitales y escuelas, así como la electrificación de zonas rurales, estas iniciativas mejoraron la calidad de vida de millones de peruanos, especialmente en las áreas más alejadas y desatendidas. En ese sentido, su gobierno dejó un impacto tangible en el desarrollo social y económico del país.

Sin embargo, su legado no es simple de definir, su mandato también estuvo marcado por serias denuncias de corrupción, abusos de poder y violaciones a los derechos humanos; Alberto Fujimori fue condenado de manera controverida a 25 años de prisión por violacion de los derechos humanos, la forma en que se le imputó como “autor mediato” es un aspecto importante en la discusión de su legado, lo que generó una división profunda en nuestra sociedad.

Al despedirnos de Alberto Fujimori, reconocemos tanto sus aportes como sus errores. Fue un líder que con mano firme condujo al Perú a través de una de sus etapas más turbulentas, logrando victorias cruciales que cambiaron el rumbo de la nación; sin embargo, también es importante recordar los límites del poder y la necesidad de un gobierno justo y democrático.

Hoy, el Perú se encuentra en un punto en el que puede mirar atrás y aprender de su historia, apreciando los avances logrados, pero también reflexionando sobre los desafíos que aún persisten.

El legado de Fujimori estará siempre presente en esa narrativa: un recordatorio de lo que puede lograrse en tiempos de crisis, pero también de las consecuencias de decisiones difíciles y, a veces, controvertidas.

Descanse en paz, Alberto Fujimori.

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El Dorado

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La leyenda de El Dorado, una ciudad con inmensas riquezas de oro, surgió con la llegada de los conquistadores españoles a Sudamérica. Existieron muchas versiones de esta leyenda, sin embargo para la mayoría de historiadores, estuvo basada en la ceremonia del indio dorado de la laguna de Guatavita, en el Virreinato de Nueva Granada, actual Colombia.

Parecería que otra versión de “El Dorado”, estuvo ubicada en la región de Madre de Dios en nuestro país, por la gran cantidad de oro que se encuentra allí.

Lamentablemente la extracción de oro en Madre de Dios es ilegal y está destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Según estudios del Proyecto Prevenir de USAID, existen alrededor de 50,000 mineros ilegales en esta región de nuestra selva. En el periodo del 2001 al 2022, se han destruido 301,775 hectáreas de bosques amazónicos, un área superior a toda la ciudad de Lima. La deforestación en esta zona es tan grave y extendida, que se puede ver desde el espacio.

Lo más grave de todo, es que esta masacre ecológica no es nueva y ocurre a vista y paciencia de las autoridades. El boom de la minería ilegal en Madre de Dios, se dio en los años 2007-2008 durante el gobierno de García y se acentuó en el gobierno de Humala. Con el transcurrir de los años, el gobierno ha dado una serie de leyes que han dado un velo de legalidad a la minería informal e ilegal en esta zona.

La minería ilegal ha crecido a tal nivel en nuestro país, que hoy en día representa la primera economía ilegal, encima del tráfico ilícito de drogas. Según datos del Instituto Peruano de Economía (IPE), en el año 2023, se exportaron 77 toneladas de oro ilegal, lo que representa cerca de 4,800 millones de dólares. En Sudamérica, el Perú ocupa el primer lugar, exportando el 44% del oro ilegal del continente. Según algunos estimados la minería ilegal representa el 50% de toda la minería de oro en nuestro país. Los tentáculos de la minería ilegal están metidos en todos los niveles de la política y la justicia.

La semana pasada se conoció la noticia que el tristemente célebre presentador de televisión, Andrés Hurtado, estaría involucrado en una trama de tráfico de influencias y corrupción. Según declaraciones de Ana Siucho, Hurtado habría cobrado la suma de un millón de dólares a cambio de gestionar con la fiscal de lavado de activos Elizabeth Peralta, la devolución de 200 kilos de oro que habían sido incautados por el Ministerio Público.

Según este testimonio, el señor Javier Miu Lei, primo de la primera, les solicitó a sus hermanos el contacto con el presentador Hurtado, en vista que este se jactaba de sus influencias con jueces y fiscales.  Según Ana Siucho, el cargamento de oro incautado, finalmente fue devuelto a su primo en el año 2022.

Este es solamente el último escándalo, de una larga lista de oro ilegal, que se conoce en nuestro país. Hace unas semanas se conoció el caso de los mineros ilegales de Pataz, que llevan una vida de lujos, que difícilmente se puede explicar con las actividades declaradas. La policía detuvo a Gregorio Palermo, el cabecilla de una organización criminal dedicada a la minería ilegal, que desde el 2020 al 2024 amasó una fortuna de 500 millones de soles por dicha actividad criminal.

Una de las mayores trabas a la lucha contra la minería ilegal es el REINFO, Registro Integral de Formalización Minera, creado en el año 2016 durante el gobierno de Humala. Supuestamente el REINFO era un proceso para la formalización de miles de mineros artesanales pero que en la realidad ha servido para que cientos de miles de mineros ilegales operen bajo la fachada que supuestamente están en proceso de formalización.

Se necesita cambiar radicalmente la legislación para la extracción, comercialización y exportación de oro, si queremos acabar con las mafias, pero sobre todo con la minería ilegal que está destruyendo nuestra riqueza natural y biodiversidad.

Al igual que se hace en otros países, el Banco Central de Reserva, debería ser el único autorizado para comprar y exportar oro en el país. Esta medida atacaría el problema en todos sus niveles. Las empresas grandes y legalmente constituidas, no tendrían mayores inconvenientes en vender su oro al BCR, el cual pagaría el precio internacional del mismo. Los mineros artesanales que verdaderamente están en proceso de formalización, tampoco tendrían mayores trabas para vender su oro, con la ventaja que de esta manera obtendrían un precio mucho mejor al que obtienen actualmente, ya que tienen que venderlo a intermediarios que cobran comisiones altísimas.

Los mineros ilegales, no podrían vender ni exportar su oro, por lo que se verían obligados a entrar, esta vez de verdad, en un proceso de formalización, con el cual se podría controlar los verdaderos orígenes del oro (ríos de la Amazonía) y las fuentes de financiación. Se acabarían la mayoría de las mafias que actualmente controlan los miles de millones de dólares del negocio del oro ilegal.

Nuestra riqueza natural debe ser protegida por todos nosotros y no podemos aceptar que sea destruida de manera impune, ya sea por mineros ilegales o por la complicidad de nuestras autoridades.

No todo lo que brilla es oro.

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Tierra de Sombras. El oro ilegal y sus aliados en la politica peruana

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La minería ilegal en el Perú no es solo un problema de deforestación, contaminación, y explotación humana; también es un fenómeno que ha logrado infiltrarse en las más altas esferas del poder político.

En los últimos años, se ha señalado la posible vinculación de algunos congresistas y funcionarios públicos con redes de minería ilegal, lo que evidencia cómo esta actividad ilícita ha logrado penetrar los diversos poderes del Estado; esta situación no solo obstaculiza los esfuerzos por combatir la minería ilegal, sino que también pone en riesgo la institucionalidad y la democracia en el país.

El Congreso de la República, como máximo órgano legislativo, no ha estado exento de señalamientos en relación con la minería ilegal, varios medios de comunicación han revelado la existencia de presuntos nexos entre algunos congresistas y actores vinculados a la minería ilegal.

Desde el congreso se han promovido leyes que favorecen a los mineros ilegales, disfrazando estas iniciativas bajo el manto de “formalización” o “apoyo al pequeño minero”, sin embargo, detrás de estas propuestas, muchas veces se esconden intereses particulares y beneficios directos para quienes operan al margen de la ley.

La minería ilegal ha logrado infiltrarse no solo en el Poder Legislativo, sino también en otros poderes del Estado y en diversas instituciones públicas:

  1. Poder Ejecutivo: A nivel regional y local, muchos gobiernos han sido señalados por su connivencia con la minería ilegal, gobernadores, alcaldes, y funcionarios han sido acusados de otorgar permisos y concesiones irregulares, facilitando la operación de mineros ilegales a cambio de sobornos o beneficios personales.
  2. En algunos casos, se ha denunciado la existencia de redes de corrupción que protegen estas actividades ilegales a través de instituciones clave como la policía y la fiscalía.
  3. Poder Judicial: El sistema judicial también ha sido cuestionado por su rol en la lucha contra la minería ilegal; en algunos casos, fiscales y jueces han sido acusados de ser cómplices de mafias mineras, ya sea demorando procesos, desestimando casos, o dejando en libertad a individuos implicados en delitos graves.
  4. Esta impunidad alimenta la sensación de que la minería ilegal no solo es tolerada, sino, en muchos casos, protegida por el mismo sistema de justicia que debería combatirla.
  5. Fuerzas del Orden y Organismos Reguladores: La corrupción también se ha infiltrado en organismos reguladores como el Ministerio de Energía y Minas y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), así como en las fuerzas del orden encargadas de ejecutar operativos contra la minería ilegal.
  6. La ineficacia y, en algunos casos, la complicidad de estas entidades han permitido que la minería ilegal siga operando sin mayores consecuencias.

La corrupción vinculada a la minería ilegal tiene un precio altísimo para nuestro paìs, no solo se pierden millones de soles en impuestos que podrían financiar servicios públicos esenciales, sino que también se debilitan los esfuerzos por proteger el medio ambiente y los derechos humanos.

La percepción de que las autoridades están implicadas o que “miran a otro lado” crea un ambiente de desconfianza y desencanto entre la ciudadanía, debilitando la democracia y el estado de derecho.

Para combatir la infiltración de la minería ilegal en los poderes del Estado se requiere de acciones firmes y decisivas:

  • Transparencia y Rendición de Cuentas: Es necesario promover la transparencia y la rendición de cuentas en todos los niveles de gobierno; la creación de mecanismos independientes que fiscalicen y supervisen la actuación de los congresistas, jueces, fiscales, y otros funcionarios es clave para evitar conflictos de interés y la corrupción.
  • Reforma Institucional: Es necesario llevar a cabo una profunda reforma institucional que garantice la independencia del Poder Judicial y fortalezca los organismos reguladores.
  • Estas reformas deben ser acompañadas de políticas de protección para aquellos que denuncian corrupción y actividades ilegales.
  • Participación Ciudadana y Vigilancia: La sociedad civil tiene un rol fundamental en la lucha contra la minería ilegal y la corrupción. A través de la vigilancia ciudadana, el periodismo de investigación y las organizaciones de base, se puede presionar a las autoridades para que actúen con mayor responsabilidad y transparencia.

La infiltración de la minería ilegal en los poderes del Estado no es solo una cuestión de corrupción; es un desafío a la soberanía y al futuro del Perú.

Si no actuamos con firmeza, corremos el riesgo de que nuestro país continúe siendo secuestrado por intereses ilegales que destruyen nuestro patrimonio natural, social y democrático. Es hora de exigir un compromiso real y acciones concretas a este gobierno para erradicar la minería ilegal y proteger los intereses de todos los peruanos.

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