A pocas horas de la asunción del demócrata Joe Biden como nuevo presidente de los Estados Unidos, repasamos con el analista internacional Óscar Vidarte los cambios que eso puede traer en la relación de Washington con América Latina, el tratamiento que puede tener ahora la inmigración, duramente golpeada en el gobierno de Donald Trump, los espacios de cooperación con el Perú, y sobre todo los temas que deberán marcar la agenda.
Desde el principio, Vidarte nos dice en entrevista con el diario El Peruano, que si bien la región ya no tiene la importancia de antes en la agenda norteamericana, la presencia del demócrata reinstala el diálogo y la cooperación, de la que pueden salir resultados interesantes.
Ya se ha dicho que América Latina (AL) no debe tener muchas expectativas respecto al gobierno de Joe Biden que se inicia mañana, pero ha sido tal el distanciamiento de la administración Trump con la región, que el solo cambio de enfoque ya es un avance importante.
Efectivamente, no hay que esperar grandes transformaciones, porque hace 30 años, desde que terminó la guerra fría, que América Latina (AL) dejó de ser una región de mucha importancia para la política exterior estadounidense, en relación a otras regiones emergentes, como el medio oriente, el sudeste asiático. No creo que vaya a cambiar con Biden.
Sin embargo, durante el gobierno de Trump la relación con AL llegó a un punto muy bajo donde la posibilidad de cooperación prácticamente desapareció, no solamente por falta de importancia, sino porque el republicano concibió su política con respecto a la región de manera muy hegemónica, usando mecanismos de presión y principalmente atendiendo sus intereses.
Con Biden eso va a cambiar. No vamos a subir al top de importancia, pero es de esperar una reorientación de esa política, con canales de diálogo y cooperación que con Trump no existían, y en temas de mucha importancia, como el tratamiento de la inmigración tanto dentro de las fronteras como fuera de ellas, y eso implica ayuda económica a los países fuentes de esa inmigración, especialmente México y Centroamérica.
Ley a favor de la inmigración
Precisamente, el plato fuerte de la juramentación de mañana en Washington es el anuncio de Biden de que presentará un proyecto de ley que podría legalizar a 11 millones de indocumentados.
Sí, es un anuncio muy importante. Trump ha sido muy duro con la inmigración, lo que no significa que presidentes anteriores no hayan sido igual de duros, recordemos que (Barack) Obama fue uno de los presidentes que más ilegales deportó, pero Trump ha ido más allá. No reconocer a los “soñadores”, que llegaron pequeños a Estados Unidos y separar a las familias, demuestra que el presidente saliente no ha tenido ninguna consideración humanitaria respecto a la inmigración, que solo la veía como una amenaza que había que detener.
Esta ley que va a proponer Biden es, por un lado, un reconocimiento de la necesidad de legalizar a millones de inmigrantes que ya viven, que pagan impuestos, que trabajan y que han hecho su vida en Estados Unidos, pero también un reconocimiento al voto latino en estas elecciones, que le han ayudado a conseguir el triunfo. Se trata de una población, especialmente latina, muy maltratada en estos últimos años, no solo con deportaciones, sino con una xenofobia alentada por la propia Casa Blanca.
Relaciones con Perú
Ahora bien, en medio de este contexto del que hablas, sin interés en AL por parte de Washington, ¿Qué puede esperar o trabajar el Perú de la nueva administración demócrata?
Partamos que Perú no es un actor clave en la política exterior estadounidense. No es una fuente importante de migración a Estados Unidos, como lo es México y Centroamérica; tampoco es una fuente importante de drogas, pues la producción peruana va principalmente al mercado europeo; y menos somos foco de atención a sus problemas de seguridad, eje importante en su política exterior.
Sin embargo, al igual como sucede en AL, la llegada de Biden puede generar posibilidades de cooperación que no ha habido en el gobierno de Trump, y eso significa abrir canales de diálogo que pueden terminar en cosas interesantes.
¿En qué temas de podrían trabajar?
Por ejemplo, podemos pensar en una renovación del TLC que tenemos con Estados Unidos, que está próximo a cumplir 20 años, para repensar el libre comercio y plantearnos nuevas metas en inversiones e intercambio de productos. Otro tema es el narcotráfico. Si bien la droga peruana no va al mercado norteamericano, lo que se haga aquí repercute en países como Colombia y México, que sí afecta a ese país y eso abre la frontera de la cooperación.
En suma, se pueden abrir espacios de cooperación interesante con una administración que va a tener una mirada mucho más atenta para AL, partiendo de algo fundamental y básico: en cuatro años Trump visito una vez AL y lo hizo en una cumbre del G20 en Argentina, ni siquiera fue una visita oficial a un país. Biden en cambio ha visitado la región en múltiples ocasiones, como vicepresidente del gobierno de Obama y fuera de él.
Es alguien que conoce la región y eso es un punto a favor, entender lo que pasa en nuestros países. Es muy importante para establecer una mejor relación de cara al futuro.