En la localidad de Zagora se registraron 754 litros por metro cuadrado en un plazo de 18 horas, un máximo histórico
Al menos once personas han muerto, cinco han desaparecido y decenas han resultado heridas debido a las inundaciones que afectan a Grecia, Turquía y Bulgaria y que han causado enormes daños en viviendas, carreteras e infraestructuras.
En Grecia, que hasta la semana pasada sufrió los peores incendios forestales en quince años, los meteorólogos hablan del fenómeno más extremo que ha vivido el país desde que hay registros de precipitaciones.
En la localidad de Zagora se registraron 754 litros por metro cuadrado en un plazo de 18 horas, un máximo histórico.
En este país han muerto ya dos personas mientras sigue desaparecido un hombre cuyo vehículo fue arrastrado por un torrente.
Los bomberos han tenido que rescatar, incluso con balsas, a decenas de personas atrapadas en Volos, una ciudad de 150.000 habitantes y capital de la región de Magnesia, que está completamente inundada.
La mayor parte de la urbe se encuentra sin electricidad ni suministro de agua, mientras que los daños en la red de carreteras de toda la región son extensos.
El temporal está afectando también a las regiones de Trikala, Karditsa, y Ftiótide en Grecia central, donde las autoridades han decidido evacuar preventivamente varias localidades.
En Turquía, al menos seis personas han muerto y otras dos siguen desaparecidas, debido a las riadas que afectan a distintas partes del país, especialmente a la zona fronteriza con Bulgaria y a Estambul.
En algunos distritos de la metrópolis euroasiática se registraron ayer precipitaciones de hasta 130 litros por metro cuadrado en un plazo de 24 horas, niveles lejanos a los máximos históricos en el país, pero que los expertos califican de «desastrosos».
«La lluvia cayó especialmente en la parte norte, en las regiones entre Kırklareli (fronteriza con Bulgaria) y Estambul», explicó hoy a EFE Begüm Celikdelen, responsable del servicio de aguas de Estambul.
Estas lluvias pueden contribuir a paliar la crisis de suministro que vive Estambul debido a la sequía, donde los pantanos habían caído en los últimos días por debajo del 30 % de su capacidad.
«Observamos que el agua está entrando en las presas desde algunos ríos pequeños, pero cómo mejorará el nivel del agua lo podremos medir mañana», señaló Celikdelen.
Dos personas han muerto por las riadas en Estambul, donde miles de casas, varias estaciones de metro y un hospital han quedado inundados.
En Kırklareli, en el extremo noroeste de Turquía, se han localizado hoys dos cadáveres, tras los dos encontrados ayer, de un grupo de doce personas que quedó atrapado en un hotel y fueron arrastrados por la riada.
Otras dos personas de ese grupo siguen hoy desaparecidas.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, señaló que en todo el país 31 personas han resultado heridas debido a las inundaciones, de las que ocho siguen hospitalizadas.
En Bulgaria se ha localizado hoy un tercer cadáver en las inmediaciones del municipio de Tsarevo, en la costa del mar Negro y cercano a la frontera con Turquía.
El alcalde de la localidad, Georgi Lapchev, ya advirtió anoche de que puede haber más víctimas ya que se desconoce el número de desaparecidos tras desbordarse un río.
«Nadie ha visto jamás esta cantidad de precipitaciones en esta zona. Provocaron una marea que ha llegado muy rápido y arrastró coches. El agua sigue llegando», afirmó.
El primer ministro, Nikolay Denkov, ha asegurado que se trata de «desastre natural» y ha dicho que los 300 litros de agua por metro cuadrado recogidos en algunas zonas en las 24 horas es algo que ocurre muy raramente, informa el portal novini.bg.
Los equipos de emergencia están trabajando para despejar las carreteras que han quedado cortadas por la caída de árboles o por desprendimientos de tierra y rocas, y para bombear de forma controlada el agua de dos embalses para evitar que se desborden.
Los bomberos también están drenando las plantas bajas de casas particulares y hoteles en una zona muy turística de la costa búlgara del mar Negro.
La ministra de Turismo, Zaritsa Dinkova, indicó, tras reunirse con los hoteleros, que unas 4.000 personas están afectadas en esta zona.