El papa Francisco recibió hoy a un grupo de niños con autismo y a sus familias y les recordó que «cada uno de nosotros es hermoso a los ojos de Dios» y que «cada flor tiene su propia belleza».
«Dios creó el mundo con una gran variedad de flores de todos los colores y cada flor tiene su propia belleza, que es única», dijo Francisco a estos niños a quienes ayuda el centro «Sonnenschein» situado en Austria al recibirles en la Sala Clementina del Vaticano.
Francisco explicó ante los pequeños el significado del nombre del centro que quiere decir «el esplendor del sol» y agregó: «Puedo imaginarme por qué los responsables eligieron este nombre. Porque vuestra casa parece un magnífico prado de flores al sol, y las flores de esta casa sois vosotros», añadió el pontífice argentino.
El papa también les ha invitado a dar las gracias a Dios «por el regalo de la vida», «por todas las criaturas» y también dar gracias «a papá y mamá», a «sus familias».
Y también les pidió, hablando en alemán, que rezaran por él porque «este trabajo no es fácil».
Finalmente, expresó su gratitud a los padres, a las personas del centro, «por esta bella iniciativa y por su compromiso con los pequeños que le han sido confiados. ¡Todo lo que le han hecho a solo uno de estos pequeños, se lo han hecho a Jesús!».