El gobierno de Estados Unidos ha implementado un nuevo mecanismo que autoriza la deportación de migrantes hacia terceros países, incluso cuando no existan garantías diplomáticas que aseguren que no serán perseguidos o torturados en el lugar de destino.
La medida, que ya está vigente, fue descrita en un memorando interno del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) con fecha 9 de julio, y revelada por la cadena NBC News. El documento está firmado por el director interino del ICE, Todd Lyons.
Según el protocolo, los agentes migratorios pueden ejecutar deportaciones en “circunstancias urgentes” con apenas seis horas de aviso. Además, ya no se requerirá preguntar a los migrantes si temen por su seguridad en el país receptor, aunque quienes lo mencionen espontáneamente tendrán derecho a una evaluación en un plazo de 24 horas.
El memo señala que si EE.UU. ha recibido garantías diplomáticas de que el migrante no será víctima de persecución ni tortura, y si el Departamento de Estado las considera creíbles, la expulsión puede llevarse a cabo sin procedimientos adicionales.
Esta directiva se respalda en una decisión de la Corte Suprema emitida en junio, que revocó una orden judicial anterior y habilitó al Ejecutivo a realizar deportaciones aceleradas incluso hacia países distintos del de origen del migrante.