Política

Precedentes en América Latina: ¿a quiénes se les ha concedido asilo diplomático en situaciones similares?

El pedido de asilo diplomático de Nadine Heredia a la Embajada de Brasil en Lima no es un hecho aislado en la historia reciente de América Latina. La región cuenta con un largo historial de figuras políticas que, enfrentando procesos judiciales o persecución política, han buscado refugio en embajadas extranjeras amparándose en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954.

A continuación, algunos de los casos más emblemáticos:

Alan García (Perú, 2018)

En noviembre de 2018, el expresidente Alan García ingresó a la Embajada de Uruguay en Lima solicitando asilo, argumentando persecución política en el marco del caso Odebrecht. Permaneció allí por más de dos semanas. Sin embargo, el gobierno uruguayo, tras evaluar el caso, le negó el asilo, concluyendo que no existían fundamentos para considerar que era un perseguido político.

Manuel Zelaya (Honduras, 2009)

Tras ser derrocado por un golpe de Estado, el expresidente Manuel Zelaya se refugió durante más de cuatro meses en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Aunque no se trató de un proceso judicial sino de una crisis institucional, el caso es uno de los más notorios en cuanto a tensiones entre países por la permanencia prolongada de un asilado.

Julian Assange (Ecuador/Reino Unido, 2012-2019)

Aunque no en América Latina geográficamente, el caso del activista australiano Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres es citado como referente global. Ecuador le otorgó asilo político por considerar que su vida corría peligro si era extraditado. Permaneció en la embajada casi siete años, hasta que el asilo fue retirado por el gobierno de Lenín Moreno.

Leopoldo López (Venezuela, 2019)

El dirigente opositor venezolano se refugió en la Embajada de España en Caracas tras escapar de su arresto domiciliario. Permaneció allí por más de un año, hasta que logró salir clandestinamente del país hacia Madrid. El régimen de Nicolás Maduro lo consideraba un prófugo de la justicia.

Gonzalo Sánchez de Lozada (Bolivia/EE. UU.)

El expresidente boliviano se refugió en Estados Unidos tras ser acusado de genocidio por la represión a protestas en 2003. Aunque no se dio en una embajada y el mecanismo fue diferente (asilo territorial), el caso suele mencionarse en debates sobre impunidad y refugio político.

Leopoldo López (Venezuela, 2019)

El líder opositor venezolano se refugió en la Embajada de España en Caracas tras escapar de su arresto domiciliario. Permaneció allí más de un año hasta que logró salir del país hacia Madrid. El régimen de Nicolás Maduro lo consideraba un prófugo de la justicia.

¿Qué tienen en común estos casos?

En la mayoría de situaciones, el asilo diplomático se solicita cuando el solicitante considera que no tiene garantías de un juicio justo, o teme por su integridad física o libertad ante un contexto político adverso. La aceptación o rechazo del pedido depende enteramente del país receptor, lo que a menudo provoca roces diplomáticos.

El caso de Nadine Heredia se suma a esta lista de figuras políticas que optan por el asilo como vía para evitar la detención, en un escenario donde lo jurídico y lo político suelen entremezclarse.


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