Política

La hipocresía selectiva de Clara Elvira Ospina

Aquí Clara Elvira Ospina canoniza, pomposa, a su líder espiritual. «Final épico», anota la colombiana. Pero… ¿a qué final se refiere? Hace alusión a los últimos segundos de este reciente video de Gorriti en donde, con su lengua renga, dice que las mentiras revientan en la cara y luego no hay cirugía plástica que las arregle. Alude, obvio, a la presidente Boluarte. La primera presidente mujer en 200 años de República. Mujer claro, que quedó despojada de su sexo -y también de su género para les elles se calmen- en el momento en que abandonó el barco de la progresía. Es que para ser «mujer» en el Perú, hay que ser de izquierda. Si no, se pierden esos privilegios de clase. ¿Cuáles son esos privilegios de clase?

Por ejemplo, que las adalides de la feminidad la defiendan a uno en público de un ataque misógino. Misógino, sería -por ejemplo- decirle fea a una mujer con la que no se comparte posición política. A un hombre no se le diría «feo». Entonces, echar cirugías estéticas a la sopa sería, de texto, misoginia.

Misoginia como la que solo hace semanas denunciaba la Ospina: que a ella la insultaban por ser mujer. Y con ella saltaron las manuelas, las rosas y las demás yerbas.

Curioso que ahora la misma señora Ospina haga lo que denunciaba hace menos de un mes. Curioso digo no porque me sorprenda, sino porque sea tan poco lúcida de hacerlo así de público. En eso, Gorriti siempre fue más vivo. Y por eso sigue siendo su jefe.