Política

Cuatro años despues Keiko Fujimori insiste en el fraude electoral y cuestiona la victoria de Pedro Castillo

Durante el evento por el 15.º aniversario de Fuerza Popular, celebrado el 9 de marzo en Cieneguilla, Keiko Fujimori reiteró sus acusaciones de fraude electoral en las elecciones de 2021, en las que Pedro Castillo resultó ganador; “ganamos, pero nos robaron los votos”, declaró la excandidata presidencial sin presentar pruebas que respalden su afirmación.

Fujimori también recordó las dificultades que ha enfrentado a lo largo de su carrera política y mencionó los ataques que recibe por su vínculo con su padre, el expresidente Alberto Fujimori. “Soy hija de Alberto Fujimori y con esas medallas, injustamente me llevaron a prisión”, expresó ante los asistentes.

Incertidumbre sobre una nueva candidatura

Aunque evitó confirmar si se postulará nuevamente en 2026, la posibilidad de una cuarta candidatura presidencial sigue en el aire, Keiko Fujimori ha perdido en tres elecciones consecutivas: contra Ollanta Humala en 2011, Pedro Pablo Kuczynski en 2016 y Pedro Castillo en 2021.

Actualmente, dentro de Fuerza Popular no se vislumbran figuras con el peso político suficiente para asumir el liderazgo del partido en caso de que Fujimori decida dar un paso al costado y el alejamiento de Kenji Fujimori de la política refuerza esta incertidumbre.

Investigaciones sobre Fuerza Popular

Las acusaciones de fraude en 2021 derivaron en una intensa campaña de impugnaciones y apelaciones impulsada por Fuerza Popular, la cual demandó un gasto superior a 1.2 millones de soles (alrededor de 320,000 dólares) pero las denuncias no prosperaron y el Jurado Nacional de Elecciones ratificó la victoria de Castillo.

Además, la Fiscalía amplió en 2023 la investigación contra Keiko Fujimori y dirigentes de Fuerza Popular por presunto lavado de activos, señalando que empresarios vinculados a casinos y bufetes de abogados habrían financiado la narrativa del fraude electoral.

Mientras su futuro político sigue siendo incierto, Keiko Fujimori continúa siendo una de las figuras más polarizantes del país, con un electorado dividido entre el fujimorismo y el antifujimorismo.