Mientras en Pataz las protestas y la violencia exigen la presencia urgente de sus autoridades, el gobernador de La Libertad, César Acuña Peralta, decide tomarse otros diez días de vacaciones. Así es: del 29 de mayo al 7 de junio, Acuña estará fuera del país, y según fuentes no oficiales, ni siquiera en un destino cualquiera, sino en Suiza, acompañado de su familia.
Esta no es la primera vez que Acuña elige huir de sus responsabilidades. Solo en este año, ya se ha ausentado anteriormente del cargo por periodos prolongados, acumulando días de licencia y vacaciones que suman más de un mes y medio lejos de la gobernación. Y eso sin contar los meses del 2023 en que se tomó licencias y permisos, dejando al gobierno regional en manos de terceros.
En lugar de enfrentar la crisis que se vive en Pataz, donde la población clama por seguridad y diálogo, el gobernador prefiere dejar el mando en manos de la vicegobernadora Joana Cabrera, quien se limita a cumplir con actos protocolarios mientras el problema crece.
La indignación entre los representantes regionales y la ciudadanía no se ha hecho esperar. Robert de la Cruz, consejero por Trujillo, no dudó en denunciar esta actitud irresponsable: “Otra vez abandona la región en medio de la inseguridad y los crímenes en Pataz. Su mayor legado: ser el gobernador más viajero del Perú. ¿Para eso quiere poder? ¡Gracias, APP!”
¿Dónde está la autoridad que La Libertad necesita? César Acuña demuestra que sus prioridades están lejos de la gestión pública y mucho más cerca del confort personal. Mientras tanto, los ciudadanos sufren la ausencia de liderazgo y la escalada de conflictos sociales.
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