Opinión

La sociedad del conocimiento

Peter Druker es considerado uno de los filósofos y teóricos de la Administración más influyentes del siglo XX con más de 35 obras relacionadas a los negocios, la gestión y la administración. Nacido en Austria en 1909 falleció en California a los 95 años.

En su libro “La Sociedad Postcapitalista” (1993) en el que trata sobre las profundas transformaciones que sufre el mundo y la sociedad, Druker hace alusión a lo que denominó la economía del conocimiento llamada también sociedad del conocimiento: “…….en la nueva economía, el conocimiento es el principal recurso para los individuos y para la economía. Tierra, trabajo y capital no desaparecerán, pero serán secundarios”. Han transcurrido 30 años y la declaración de Druker, hoy por hoy, está más vigente que nunca.

Es indiscutible el rol actual que tienen la tecnología y el conocimiento en el crecimiento económico y en el logro de ventaja competitiva en las organizaciones. La rapidez con la que se crea conocimiento es impresionante y no lo es menos el hecho del poder transformador de ese conocimiento en la incorporación a los procesos productivos de bienes y servicios.

Lo interesante en este escenario es que tecnología, conocimiento e información son activos intangibles, también llamado capital intelectual entendido como  conocimientos, experiencia aplicada, innovación, creatividad, patentes, tecnología, relaciones con clientes y alianzas estratégicas. Estos intangibles son un valor no financiero y representan la diferencia entre el valor contable y el valor de mercado de las empresas.

En la actualidad es ampliamente aceptado que el capital intelectual es un recurso estratégico, mientras que los activos físicos y financieros no lo son y que es el capital intelectual el que influye directamente en la creación de ventaja competitiva, creación de valor y desempeño superior de la organización. El reto para las organizaciones en la actual sociedad del conocimiento es entender el rol estratégico del capital intelectual y, en consecuencia, desarrollar acciones y estrategias que lo potencien. Los directivos tienen la responsabilidad de fortalecer el capital intelectual de sus organizaciones a partir de un diagnóstico inicial a fin de identificar fortalezas y debilidades de sus intangibles, teniendo en consideración que el recurso humano es el intangible más importante en el proceso de creación de valor ya que es el único capaz de crear y transformar el conocimiento en valor.

* Decano de la Facultad de Ingenieria en Universidad Privada Peruano Alemana UPAL | Dr. en Administración de Negocios Globales | Magister en Administración | Magister en Ingeniería Eléctrica área Microelectrónica|