Todos conocemos al famoso Condorito, personaje creado por el dibujante chileno René Ríos Boettiger en el año de 1949. Con los años, se convirtió en una de las historietas más famosas de América Latina.
Condorito se volvió tan conocido que se lee en más de ciento cinco periódicos de habla hispana, incluyendo en países como Estados Unidos, Canadá y Japón. Anualmente se publican más de 1,369 millones de sus tiras cómicas siendo uno de los personajes de historietas más conocidos del planeta.
La frase “exijo una explicación” de Condorito, es sin lugar a dudas su frase icónica y la utiliza para expresar sorpresa, indignación o una demanda de aclaración ante una situación absurda o incomprensible.
Desde esta columna “exijo una explicación” al Ministerio Público para poder entender qué diablos está pasando en esta importante institución.
Ya es harto conocido lo que viene sucediendo en torno a la ex Fiscal de la Nación Patricia Benavides, quien fue destituida en un proceso “express” en mayo del año pasado, luego de una investigación de una fiscal que no estaba facultada para investigarla, usando fotocopias de supuestos chats entregados por un ex asesor de Benavides que nunca fueron verificados.
Luego de su destitución como Fiscal de la Nación, la señora Benavides recurrió a las instancias judiciales correspondientes y en junio de este año obtuvo que la Junta Nacional de Justicia declarara la nulidad de todo lo actuado en su contra y por ende su restitución como Fiscal de la Nación. Lejos de acatar la resolución de la JNJ (como sí lo hizo Benavides en su momento) la actual Fiscal de la Nación, Delia Espinoza, se atrincheró en sus oficinas del MP y con ayuda de la prensa caviar montaron una campaña de desprestigio en contra de Benavides y de la JNJ.
Como parte de la estrategia para impedir que Benavides regrese al MP, la fisca Espinoza presentó un requerimiento al Poder Judicial para suspender por 36 meses a la ex Fiscal de la Nación (quien todavía no había sido repuesta como tal) por presuntamente haber cometido los delitos de cohecho, abuso de autoridad y encubrimiento personal. Un juez afín a los intereses del bando caviar declaró fundado el requerimiento y suspendió a Benavides por 24 meses.
Sin embargo, el primero de agosto la Corte Suprema anuló la suspensión de 24 meses de Patricia Benavides por lo que quedó expedito su retorno al MP como fiscal suprema.
Al cierre de esta edición y habiendo transcurrido más de 10 días, la fiscal Espinoza se niega a reponer a Benavides como fiscal suprema utilizando una serie de leguleyadas típicas de los caviares. Solo para darles una idea de la desesperación de Espinoza, primero pidió aclaración a la resolución de la JNJ que ordenaba la reincorporación de Benavides, luego esgrimió la falta de presupuesto para que Benavides pueda ocupar una fiscalía suprema y finalmente ha solicitado una aclaración a la carta aclaratoria que envió la JNJ. ¡Plop¡
La conducta de Espinoza no solamente va en contra de la imagen de su institución, sino que está cometiendo abiertamente un delito en contra del orden constitucional, por lo que debería ser detenida y procesada en flagrancia. Desde esta columna pregunto ¿tendrá el congreso o la JNJ los pantalones necesarios para destituir a Delia Espinoza por una flagrante violación de las leyes? ¿Por qué la JNJ no procesa y suspende con la misma celeridad a Espinoza así como lo hizo con Benavides en su momento? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que el MP este copado por los caviares quienes lo utilizan como una herramienta para perseguir a sus enemigos políticos?
Es muy cierto que todo el sistema de justicia necesita una reforma profunda para que los ciudadanos podamos volver a confiar en nuestros jueces y fiscales. Pero es ingenuo pensar que la reforma pueda venir desde adentro de las mismas instituciones. Nadie en su sano juicio se cree el cuento de la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, quien afirma que el PJ se “encuentra en un proceso constante de auto reforma”. En otras palabras, tenemos que dejar a los corruptos que reformen ellos solos.
Mientras nuestras autoridades se pelean entre sí, los ciudadanos vivimos en un estado de indefensión total y tenemos que rezar todos los días para que volvamos vivos a casa después del trabajo.
Cuando escuchen a todos esos politólogos y opinólogos de izquierda defender a Espinoza, Vela Barba, Domingo Pérez, Barreto y a todos aquellos jueces y fiscales que le han hecho tanto daño a nuestro país recuerden la frase de que dice “peor que un político corrupto, es un ciudadano que los defienda”.
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