Columna publicada en el diario Expreso.
En una de sus recientes apariciones en un pódcast progre, el fiscal José Domingo Pérez tuvo el cuajo de culpar a Willax por no haber aprobado el examen para ser juez. Lo cierto, sin embargo, es que Pérez jaló la prueba porque es un completo incompetente.
Ello ha quedado demostrado en su desempeño como fiscal del caso “Cócteles”, en donde le devolvieron la denuncia unas 19 veces y, a causa de una descarada violación al debido proceso, la investigación volvió a etapa intermedia, aunque el díscolo miembro del Equipo Especial Lava Jato ya presentó una nueva acusación contra Keiko Fujimori, para quien pide 35 años de cárcel, y otros.
Este caso tiene que ver con los supuestos aportes irregulares ingresados a las campañas fujimoristas del 2011 y 2016, lo que no es, de ninguna manera, lavado de activos y recién fue considerado como delito en el año 2019. Sumado a ello, Fujimori Higuchi no fue elegida presidenta, de forma que no se configuró cohecho alguno.
La imputación, sin pies ni cabeza, acabará siendo archivada, pero, en tanto, la persecución judicial contra Fujimori continuará por el fiscal amado por los parásitos caviares.
Otro personaje que le ha hecho mucho daño al Ministerio Público es Delia Espinoza, quien, por todos los medios posibles, pretendió evitar que Patricia Benavides retorne a su cargo como fiscal suprema, tal como ordenó la Junta Nacional de Justicia después de que la sala liderada por César San Martín dejara sin efecto su ilegal suspensión por 24 meses.
Esto no es solo una simple pataleta, sino que la fiscal de la Nación ha incurrido en el delito de desobediencia o resistencia a la autoridad, estando a la vuelta de la esquina su destitución o inhabilitación. Y bien merecido se lo tendrá.
No quiero terminar esta columna sin expresar mi absoluto rechazo al terrorista, alcohólico y drogadicto que tiene Colombia de presidente. Gustavo Petro, a fin de atizar un patriotismo barato para ganarse cierto rédito político, dijo que su Gobierno no reconoce la soberanía del Perú sobre la isla Chinería (Santa Rosa), yendo en contra de todos los tratados internacionales ya suscritos.
En este contexto, urge tener una Fuerza Armada bien equipada (hay presupuesto para todo) como medio disuasivo, para no tener que aguantar más a este tipo de bocones zurdos que, de rato en rato, consiguen poder en la región. Que no nos agarren con los pantalones abajo, como ya ocurrió antes en nuestra historia