Rafael Belaunde Llosa, el candidato presidencial del nuevo Partido Morado, es decir, Libertad Popular, se sacó completamente la careta que usó por largos meses para posicionarse de derecha liberal, haciéndonos olvidar a muchos —me incluyo en la lista— que fue un breve ministro de Energía y Minas del ‘Lagarto’ Martín Vizcarra. Hoy, ya fuera del clóset, se luce en redes sociales como lo que realmente es y siempre fue: un caviar de pies a cabeza.
La marioneta confirmada del odiador del Apra Pedro Cateriano pretende granjearse el voto progresista, aquel que, a lo sumo, llega al 2 % en un país conservador como el Perú. Me cuentan desde partidos de centroderecha que, al enterarse de que Belaunde Llosa busca que el retirado policía político Harvey Colchado postule por su agrupación política al Parlamento, para lo que se reúne con este y su padrino, el golpista y anti-PNP Gino Costa, han suspendido todo tipo de conversaciones de cara a una alianza para las elecciones generales del 2026.
De este modo, a Rafael Belaunde —¡que ni siquiera sabe cuánto es el sueldo mínimo en el país!— le espera un chistoso final como el del falso valor Julio Guzmán. Su nombre no aparecerá ni siquiera en el pie de página de la historia reciente: el que duerme con caviares no amanece mojado, sino que muere ahogado.
Otro que ha sepultado su carrera política es Fernando Cillóniz, quien se paseó por calles y plazas haciéndole ascos a la corrupción, pero, cuando llegó una empresa corrupta a requerir sus servicios a cambio de varios jugosos billetes verdes, de inmediato se puso la camiseta de la constructora brasileña Odebrecht y exigió en televisión nacional que se le entregue por 10 años más la concesión del proyecto de irrigación de Olmos.
Ante tamaño escándalo, el Partido Popular Cristiano (PPC) emitió un comunicado en el que informó de la suspensión de su militancia y, por consiguiente, de la finalización de su calidad de precandidato presidencial. Luego, el PPC comunicó que Cillóniz había renunciado a su militancia, dado que, por supuesto, es más rentable defender a una empresa corrupta que ser presidente del Perú.
En el partido fundado por Luis Bedoya Reyes aseguran que no sabían que el exgobernador de Ica era representante de Odebrecht en el proyecto Olmos desde el año pasado. A estas alturas, sin embargo, y dada la investigación fiscal que afronta Lourdes Flores por recibir aportes irregulares de campaña de dicha corrupta constructora, es totalmente válido dudar de la versión oficial.