Opinión

Diseñando el futuro. Gamarra frente a los desafíos globales

Del estigma de la piratería a la oportunidad comercial con Estados Unidos

El emporio comercial de Gamarra, símbolo del emprendimiento y la resiliencia del Perú, enfrenta hoy un doble reto: superar una percepción internacional negativa mientras se abre una ventana concreta de integración al mercado estadounidense, en un contexto de reordenamiento global.

El Informe 2025 sobre Barreras al Comercio Exterior de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos ha incluido a Gamarra en la lista de “Mercados Notorios de Piratería y Falsificación”. El documento señala que en el emporio se comercializan grandes volúmenes de prendas falsificadas, afectando derechos de propiedad intelectual de marcas internacionales.

Esta acusación representa una amenaza reputacional seria. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial en el rubro de confecciones, concentrando el 70 % de nuestras exportaciones textiles, las cuales superaron los 1,483 millones de dólares en 2024, con un crecimiento del 12.1 % respecto al año anterior. La permanencia en esta lista podría conllevar mayor fiscalización e incluso la imposición de nuevas barreras no arancelarias.

Esta situación pone en riesgo las oportunidades de exportación para cientos de micro y pequeños empresarios formales, que no tienen vínculo alguno con actividades de piratería.

Sin embargo, hay razones para el optimismo. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha impulsado un proceso de nearshoring, que lleva a los importadores estadounidenses a buscar proveedores más cercanos, confiables y sostenibles. El Perú tiene ventajas competitivas claras: fibras de alta calidad como el algodón Pima y Tangüis, así como una mano de obra especializada. Estamos, entonces, ante una oportunidad única para acceder al mercado norteamericano si garantizamos trazabilidad, cumplimiento normativo e innovación.

Desde esta columna, proponemos una hoja de ruta para transformar este reto en una oportunidad concreta de desarrollo:

  • Facilitar el registro de marcas: Es urgente simplificar este proceso y reducir sus costos, permitiendo que más mypes accedan a esta herramienta clave para su desarrollo, diferenciación e innovación. Además, se debe impulsar la reconversión productiva de aquellas empresas que aún operan en la informalidad o con prácticas cuestionables.
  • Fomentar la formalización: A través de incentivos tributarios, como descuentos por pronto pago, y la creación de zonas económicas especiales con reducciones en el IGV y el impuesto a la renta, que compensen eventuales sobrecostos por medidas arancelarias de EE. UU.
  • Acceso a crédito asequible: Promover líneas de financiamiento con tasas anuales de un solo dígito. Sin crédito barato, no hay innovación ni competitividad. El crédito debe ser una herramienta real de inclusión.
  • Fortalecer el programa ProInnóvate: Este debe ampliar la participación de las mypes y financiar parcialmente proyectos de innovación, maquinaria y diseño. Asimismo, es necesario establecer límites razonables para asegurar la rotación de beneficiarios.
  • Concientizar al consumidor: Lanzar campañas que promuevan el consumo de productos nacionales de calidad, fortaleciendo así la industria local y el empleo formal.
  • Crear una marca país para el sector textil-confecciones: Esta debe posicionar al Perú como un productor ético, innovador y de alta calidad. En esa línea, urge incrementar la participación de productores nacionales en ferias internacionales, con el respaldo activo del MINCETUR.

Hoy más que nunca, los empresarios del sector textil-confecciones necesitamos el respaldo del Estado y el compromiso decidido de nuestros gremios. Pasar de la sobrevivencia al crecimiento sostenible es posible, Gamarra no es solo un mercado, es identidad, trabajo y orgullo nacional. Y merece estar a la altura de los desafíos globales que enfrenta

* Presidenta de la Asociación Peruana Gamarra Emprende. Licenciada en Administración de Negocios Internacionales de la Universidad Tecnológica del Perú y Egresada de la Maestría de Gestión Pública del Universidad Nacional Mayor de San Marcos