En un país, heredado de los Incas, (Antiguos gobernantes del Tawantinsuyo) hoy, están buscando cómo controlar la inseguridad ciudadana.
Una gran cantidad de sabios van dictando recetas, mágicas, la mayor parte de ellas, para que desaparezca la continua agresión que viene sufriendo la población, de parte de delincuentes de toda índole…
El asalto a mano armada, para expropiar, al mismo estilo brutal de quienes solo se atrevieron en épocas de barbarie, los bienes ajenos, es común en todos los escalones de los que está hecha la escalera social.
Por ejemplo, los “mocha sueldos”, (privilegiados funcionarios de alto nivel) que han visto cómo, el ejemplar administrador de justicia de esta noble y valerosa nación, en un brillante proceso que solo duró DIEZ AÑOS ha condenado a veintidós al ex congresista, que, a pesar de sus limitaciones físicas, no tuvo escrúpulos de cobrar el “cupo” a sus servidores, que firmaban las planillas de sueldos, en el “estado de derecho” que rige hasta ahora.
Los sabios, referidos líneas arriba, se han visto de pronto, sorprendidos por los resultados que viene obteniendo la autocracia salvadoreña, donde han condenado a 634 años de prisión efectiva (extraordinariamente efectiva, a mi manera de ver) al líder de la mara (pandilla en salvadoreño), conocido como el “indio de Hollywood”.
Contrariamente a lo que ocurre en El Salvador, en el país que nos ocupa, han primado los derechos del líder de la mara “los dinámicos del centro”, sobre los de los ciudadanos que han sido timados por su cabecilla, que presumiblemente, pronto incursionará nuevamente, en las justas politiqueras que se vienen produciendo cada cinco años.
Las recetas mágicas son elaboradas por los ideólogos, que vienen perturbando la doctrina, la moral, y el sentido común, como si fuera una pandemia que afecta solo a quienes incursionan en el campo de la cosa pública, mientras la población sigue disfrutando de sus desquiciadas decisiones, haciendo de cuenta que, en un estado de derecho, simplemente, “las cosas son así”.