La adquisición del avión Antonov-178 por parte del Gobierno para la Policía Nacional del Perú, está envuelta en un escándalo, por las numerosas objeciones a las que está siendo objeto y que no es necesario ser un experto, erudito o técnico, para comprender que la compra es inconveniente y está mal realizada.
No hubo ninguna intervención pública convincente de los dos ministros del Interior, el de la compra, Carlo Morán y su sucesor Gastón Rodríguez, además del embajador de Ucrania en el Perú, Ihor Tumasov o del presidente interino de la fábrica Antonov, Aleksander Los. Y eso que las entrevistas fueron demasiado indulgentes y benévolas; que, además, no ayudan a que la opinión pública se forme un juicio certero, transparente e independiente, que sirva para tranquilizar y que certifique que fue una compra honesta y sin atisbo de corrupción.
Lo primero que se me viene a la mente es la adquisición en el siglo XIX de los monitores Atahualpa y Manco Cápac por parte de la dictadura de Mariano Ignacio Prado al Gobierno de Estados Unidos, para aumentar el poderío naval peruano en el Pacífico.
La compra –sobrevalorada- fue un fiasco, porque eran buques fluviales, que los trajeron remolcando y que sirvieron como baterías flotantes en el Callao y Arica, durante la Guerra del Pacífico. Todo ello está consignado en libros de varios historiadores como Basadre (“Historia de la República del Perú”), Castañeda (“Desde el Atlántico al Pacífico”) y García Belaunde (“El Expediente Prado”). Los buques eran inservibles.
Argumentos escuchimizados
Hay tanto que hablar de la compra, que en su defensa solo se señala que la policía necesitaba mayor operatividad, debido a que no se adquiere aviones desde hace muchos años, que la PNP ya conocía el Antonov porque teníamos versiones anteriores y como señala el ministro Rodríguez “ha entregado todos los documentos a la Contraloría y a la Fiscalía Anticorrupción” y que la anti campaña se debe a “intereses”.
A esa defensa, en ajedrez, se haría el “mate Pastor”, es decir, una muerte rápida por ser un escudo enclenque.
El contrato con los ucranianos no tiene cláusula anticorrupción, que dicen se la van a poner a posteriori (¿?). La famosa familia de aviones aducida, Antonov, era de la época de la Unión Soviética. Los nuevos Antonov tienen entre 30 y 50 % de componentes rusos, que ya no pueden utilizar y la fábrica está buscando en el mercado internacionales los reemplazos.
Avión ni siquiera probado en el Perú
La fábrica Antonov, no vende aviones hace años, y el primero es el Perú. No tiene más clientes. No es verdad, porque no ha salido publicado en ningún lado, que el Ministerio del Interior ucraniano haya comprado varios. Es más, Kazajistán compró uno, no cumplieron el plazo de entrega y tuvo que hacer juicio para que le devuelvan el dinero.
Sigo sin entender por qué el Ministerio del Interior peruano compra un avión con los antecedentes de esa fábrica y lo más grave es que ni siquiera ha sido probado en la difícil geografía peruana.
Hay también tantos inconvenientes técnicos que no ahondaré en ellos, porque no soy especialista en la materia. Solo razono con lógica y quiero lo mejor para mi país. Que se compre lo que tiene que comprarse, pero con eficiencia, transparencia y honestidad.
Solo mencionaré algunos hechos para ilustrar qué y con quién se está comprando.
El Antonov An-178 se define como la versión carguera del An-158, con un peso muy superior, que se desconoce si podrá volar por la Cordillera de los Andes. Cubana de Aviación tiene varios aviones An-158 que los tiene con prohibición de volar desde hace dos años por la autoridad aeronáutica cubana, justificándolo por graves problemas de diseño, averías y problemas de suministro de repuestos por parte del fabricante.
Nadie entiende por qué la Policía opta por un avión –de 65 millones de dólares- que no tiene experiencia, ni clientes, y que reitero ni siquiera se ha probado en el Perú. ¿Se han determinado los costos de operar este avión?
Dudas en la propia Ucrania
El congresista ucraniano, Aleksandr Dubinskiy, duda que la fábrica pueda entregar el avión al Peru, mencionando además que un gran obstáculo en el camino de producción por los componentes rusos y que el 80 % de los equipos para fabricación están desgastados por lo que no podrán hacer nada en cinco años. Esto lo expresó en noviembre de 2019.
Por su parte, el periodista Illia Ponomarenko señala que la compañía ha sufrido una grave crisis en los últimos años debido a la falta de contratos, inversiones y personal calificado, que la han dejado al borde del colapso.
Finalmente, la fábrica Antonov acaba de ser intervenida por el Gobierno, destituido al presidente por presuntas irregularidades y sometido a la policía para una investigación criminal.
Es realmente penoso que para la compra de un avión no se haya, por lo menos, preguntado a la Fuerza Aérea Peruana y realizado a través de la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas, como garantía de honestidad y transparencia.
Con todos estos antecedentes es inaceptable y absurdo que el Gobierno peruano compre un avión fantasma, a una fábrica en grave crisis y con la incógnita si la nave podrá adaptarse a nuestra geografía. Son 65 millones de dólares de los impuestos de todos los peruanos.
Es mi opinión que muchos irán presos por acción u omisión.
* Analista internacional