Opinión

¿A colgarse del techo, o del puente?, por Francisco Calisto Giampietri

Por Francisco Calisto Giampietri, Vicealmirante(r)

Dos desgracias, y no eventos, han tenido fuerte repercusión nacional e internacional en estos últimos días, por un lado, el colapso del puente de Chancay y, por el otro, el techo de un centro comercial en Trujillo, ambas con costos de vidas y heridos por doquier y que, sin lugar a dudas, fueron previsibles, enrostrándonos lo que lamentablemente se ha vuelto una constante en nuestro país, la casi nula cultura de previsión, limitada capacidad de reacción y exponencial desconexión con la realidad de las autoridades, decía la abuelita: «El hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra». Nosotros lo hacemos constantemente y con la misma roca, ¡penoso!

Empero, lo que sí se ha hecho muy bien y no lo podemos negar, es el aprovechamiento mediático de tirios y troyanos, cual gallinazos, revoloteando atraídos por el hedor del miasma que aflora entremezclado con el agua de lluvia, sí, esas mismas lluvias que todos los años en estas épocas nos golpean y como golpearán pronto las heladas en el sur, seguimos dando vueltas y vueltas cual perro tratando de mordernos la cola, es un espectáculo patético, sobre el cual muchos rezan aparezca otra desgracia que tape la anterior y así nuestra indignación duró lo que demoró la tinta en secarse sobre el papel y el aprovechamiento de los gallinazos continuará alimentándose mientras que caen y caen las desgracias una delante de la anterior, cual tramoyas adornando la ópera bufa más elaborada de Chollywood.

Es así como sabandijas de toda índole desenfundan sus espadas, y con ellas en ristre, recordándonos a Salomé, buscan con desesperación degollar culpables y presentar sus cabezas en sendas bandejas de plata, sin otro afán que el rédito personal, mientras otros involucrados se esconden tratando a toda costa de evadir responsabilidades soplándole la pluma a otros, al más puro estilo del gran bonetón y en todo este marasmo, saltan los opinólogos que se lisonjean disparando a diestra y siniestra.

Que hay culpables, ¡los hay!, pero de aquí a colgarse de los puentes o del techo caído para beneficiarse cual espectáculo en el circo romano, nada más vil; empero, estamos olvidándonos de que en nuestro país existe un organismo especializado que tiene dentro de sus funciones el realizar a nivel nacional la supervisión, monitoreo y evaluación de la implementación de los procesos de estimación, prevención y reducción de riesgo, este es el Centro Nacional de Estimación Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED), que otrora era parte del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) y dizque con la finalidad de hacer que los procesos preventivos y reactivos ante desastres sean desarrollados en forma eficiente, fueron disgregados.

Ahora la pregunta es: ¿realmente el CENEPRED ha sido potenciado con el presupuesto, personal y medios para desarrollar su función a nivel nacional?, no creo que sea difícil inferir la respuesta. «El papel aguanta todo».

Más allá, hoy se cierran centros comerciales, tratando de proyectar una imagen de que se tiene una augusta preocupación por la seguridad, sin tener equipos técnicos adecuados, afectando no solo a los establecimientos, sino esparciendo una psicosis colectiva a la población, mientras tratan de edulcorar lo que podría ser un ineficiente o amañado procedimiento de inspección, al final, ¿saltará la liebre?… Veremos… ¡¡¡Despierta Perú… Despierta!!!