Lucir bien no debería costarnos la salud. Sin embargo, hay prendas comunes que, por su diseño o uso prolongado, podrían estar perjudicando tu cuerpo sin que lo notes.
Zapatos planos
Aunque parecen inofensivos, los zapatos completamente planos pueden provocar dolor en el arco, el talón y el antepié. Usarlos muchas horas puede causar problemas crónicos como la fascitis plantar. Los expertos recomiendan que, si optas por este calzado, al menos tengan soporte y sujeción adecuada.
Pantalones de cintura alta
Favorecen la figura, pero podrían jugar en contra de tu sistema digestivo. Si ya sufres de colon irritable o reflujo, este tipo de prenda podría agravar tus síntomas.
Pitillos o jeans muy ajustados
No solo marcan la silueta. También presionan el abdomen y el suelo pélvico, lo que podría derivar en problemas como incontinencia urinaria, dolores musculares y de articulaciones, e incluso afectar tu postura.
Fajas y ropa interior apretada
Más allá de estilizar, algunas prendas interiores pueden provocar hinchazón, dificultad para respirar y reflujo ácido. El mal uso de corsés o sostenes ajustados puede alterar el funcionamiento digestivo.
Sujetadores inadecuados
Si no eliges la talla correcta, podrías obstruir el drenaje de los ganglios linfáticos. Esto puede generar infecciones dolorosas en los senos o inflamaciones innecesarias.
Bolsos pesados
Llevar siempre el mismo bolso sobre un hombro puede causar contracturas, dolores de espalda, cuello e incluso cefaleas tensionales. Lo ideal: mochilas o bolsos cruzados que distribuyan mejor el peso.
La moda no tiene por qué doler. Elegir bien lo que usamos es también una forma de cuidar nuestra salud.
