Un joven de 26 años logró lo que pocos consiguen: recuperar su altavoz robado usando un AirTag y un poco de ingenio. El insólito hecho ocurrió durante el festival Roskilde, en Dinamarca, y dejó asombrada hasta a la propia policía.
El joven, sabiendo que su costoso parlante Soundboks podría ser blanco fácil en un evento tan masivo, decidió colocarle un rastreador GPS. Y no se equivocó. Al poco tiempo de iniciar el festival, su altavoz desapareció misteriosamente.
Pero el ladrón no contaba con la tecnología. Gracias al AirTag escondido dentro del equipo, el joven pudo seguir el rastro hasta una vivienda. Lo más sorprendente fue cómo lo encontró: activó el sonido del rastreador desde su celular y, ante la mirada incrédula de los agentes, el parlante comenzó a sonar… ¡dentro de la casa!
Los policías ingresaron, recuperaron el dispositivo y detuvieron a varios sospechosos. La historia se volvió viral por lo ingenioso de la estrategia y por demostrar, una vez más, que la tecnología puede ser una gran aliada contra el crimen.
