Cuando pensamos en bajar de peso, lo primero que nos viene a la mente es comer menos y hacer más ejercicio. Sin embargo, para muchas personas esto puede ser todo un desafío. Lo que pocos saben es que nuestro cuerpo produce de forma natural una hormona que también puede activarse mediante ciertos medicamentos, y que tiene un papel clave para controlar el peso corporal.
El péptido similar al glucagón tipo 1, conocido como GLP-1, es una hormona que se genera en los intestinos después de comer. Su función principal es regular la digestión y acelerar el metabolismo, ayudándonos a procesar mejor los alimentos.
¿Cómo funciona y cómo activarla?
El GLP-1 actúa reduciendo el apetito y disminuyendo la cantidad de alimentos que consumimos. Lo hace al enviar señales al cerebro a través de nervios específicos y receptores en el intestino, que están vinculados con la sensación de hambre y placer al comer. Esto provoca que nos sintamos llenos por más tiempo, ya que también ralentiza el proceso digestivo.
La producción de GLP-1 puede estimularse con ciertos alimentos. Entre ellos destacan aquellos ricos en fibra fermentable, como algunos cereales, verduras y frutas; además de huevos, frutos secos y grasas saludables como el aceite de oliva y el aguacate. De hecho, las dietas basadas en plantas pueden potenciar la liberación natural de esta hormona, ayudando a controlar el apetito de forma efectiva.
También es importante el tipo de grasa que consumimos: por ejemplo, el aceite de oliva favorece más la secreción de GLP-1 que la mantequilla.
Medicamentos que activan el GLP-1
Actualmente, existen fármacos conocidos como agonistas del GLP-1, que estimulan la liberación de esta hormona sin depender solo de la alimentación. Algunos de estos medicamentos son Ozempic, Wegovy y Mounjaro.
Además de ayudar a perder peso, estos tratamientos han demostrado ser efectivos para reducir riesgos asociados a enfermedades cardíacas, diabetes, accidentes cerebrovasculares y problemas renales, así como para mejorar los niveles de colesterol y la presión arterial.
Los expertos advierten que estos medicamentos no son una cura definitiva, sino tratamientos complementarios. Para mantener los beneficios obtenidos con niveles óptimos de GLP-1, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable, con una alimentación balanceada y actividad física regular.
El doctor Daniel Barret, especialista en medicina de la obesidad, señala:
«Estos medicamentos pueden suprimir las vías que promueven la obesidad o fortalecer las que la combaten, pero esas vías siguen presentes. Por eso, cuando se deja de tomar el medicamento, el paciente suele recuperar peso.»