Los condimentos son parte esencial de muchas comidas, ya que realzan su sabor y aroma. Sin embargo, algunos de ellos, sobre todo los procesados, pueden tener efectos negativos en la salud si se consumen en exceso.
Kétchup
Contiene jarabe de maíz de alta fructosa, un edulcorante relacionado con daños al hígado, páncreas, cerebro y corazón. Solo unas cucharadas pueden cubrir toda la ingesta diaria recomendada de azúcar.
Alternativa saludable: versiones sin azúcares ni sales añadidas o caseras, endulzadas con ingredientes naturales.
Mayonesa
Alta en grasas saturadas y calorías, algunas variantes comerciales incluyen azúcares añadidos y aditivos perjudiciales.
Alternativa saludable: pequeñas cantidades de mayonesa tradicional o versiones ‘light’ con ingredientes naturales, aunque sin abusar de los aditivos.
Mostaza con miel
Aunque sabrosa, suele contener azúcares añadidos y grasas poco saludables, lo que puede dificultar el control del peso.
Alternativa saludable: mostaza simple baja en grasa.
Salsa barbacoa
Similar al kétchup, suele tener altos niveles de azúcar y jarabe de maíz. Dos cucharadas pueden aportar hasta 16 gramos de azúcar.
Alternativa saludable: salsa picante sin azúcar o barbacoa casera con ingredientes naturales.
Salsas picantes
Suelen ser bajas en calorías y azúcar, además de aportar antioxidantes como la capsaicina. Sin embargo, hay que vigilar su contenido de sal.
Recomendación: usar pequeñas cantidades y revisar las etiquetas.
Salsas negras (soya, inglesa)
Pueden tener beneficios como antioxidantes y aminoácidos, pero su alto contenido de sal puede causar problemas cardiovasculares.
Alternativa saludable: versiones bajas en sodio o limitar su consumo.
Encurtidos y fermentados
Productos como el kimchi, el chucrut o los pepinillos fermentados pueden beneficiar la flora intestinal gracias a sus bacterias probióticas.
Opción ideal: encurtidos sin azúcar ni conservantes químicos.