Un número cada vez mayor de usuarios está dejando de lado los motores de búsqueda tradicionales y opta por usar inteligencia artificial para resolver sus dudas, algo que tiene a Google en estado de alerta.
Durante más de dos décadas, “buscar en Internet” era prácticamente sinónimo de “Googlear”. Sin embargo, eso está cambiando rápidamente. ChatGPT, el popular chatbot desarrollado por OpenAI, ya gestiona un volumen de solicitudes equivalente a una sexta parte del total que maneja Google, que actualmente procesa entre 14 y 16 millones de búsquedas diarias.
OpenAI planea ir por más
Según reveló una fuente cercana al director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, al medio Axios, la empresa planea expandir aún más el alcance de la inteligencia artificial, con la ambición de competir directamente con Google… y con su navegador Chrome.
IA como nuevo buscador
El investigador Rand Fishkin ha detectado una tendencia en crecimiento: cada vez más personas recurren directamente a la IA para obtener respuestas claras, resúmenes o soluciones inmediatas, sin necesidad de revisar largos listados de enlaces azules como los que ofrece Google.
Google reacciona
La amenaza es tan real que Google ya ha lanzado su propia respuesta: la «Experiencia Generativa de Búsqueda» (SGE, por sus siglas en inglés), un sistema impulsado por IA que imita el estilo de ChatGPT.
El problema para Google es que su principal fuente de ingresos proviene justamente de los anuncios en su motor de búsqueda. Por eso, está invirtiendo miles de millones en desarrollar su propia IA generativa, con la esperanza de no perder terreno.
¿Un monopolio aún más peligroso?
Sin embargo, expertos advierten que el uso masivo de IA en la búsqueda de información podría centralizar aún más el poder en pocas manos, además de aumentar el riesgo de desinformación y sesgos algorítmicos.