Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que consumir tres porciones de papas fritas a la semana eleva en un 20 % la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2. La investigación, que siguió a 205.000 personas durante 30 años, destacó que la forma de preparación es determinante: mientras las fritas aumentan el riesgo, las papas horneadas, hervidas o en puré no tienen el mismo efecto negativo, informó New York Post.
Seyed Mohammad Mousavi, autor principal y becario postdoctoral en el Departamento de Nutrición de Harvard, explicó: «Estamos cambiando la conversación de ‘¿las papas son buenas o malas?’ hacia algo más útil: cómo se preparan y qué alternativas tenemos».
El estudio también encontró que sustituir las papas fritas por cereales integrales reduce el riesgo de diabetes en un 19 %, mientras que los granos refinados también aportan beneficios, aunque menores.
Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición de Harvard y coautor del estudio, resumió: «El mensaje de salud pública es simple y poderoso: limitar el consumo de papas —sobre todo fritas— y preferir fuentes de carbohidratos integrales puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes tipo 2».
A pesar de estas advertencias, los especialistas destacan que las papas tienen propiedades nutricionales importantes, como antioxidantes y almidón resistente, que benefician la salud intestinal y ayudan a regular el azúcar en sangre. «Las papas son fantásticas; el problema es cómo las consumimos», señaló Caroline Susie, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, a NBC News.