Los consumidores estadounidenses enfrentan un alza en los precios de las consolas de videojuegos debido a los aranceles que el propio Gobierno de EE.UU. aplica a las importaciones.
Sony Interactive Entertainment anunció que, desde el 21 de agosto, la PlayStation 5 subirá de precio: la versión estándar costará 550 dólares (10 % más), la edición digital llegará a 500 dólares y la versión Pro se venderá a 750 dólares.
“Al igual que muchas compañías en el mundo, operamos en un contexto económico difícil. Por ello, hemos tomado la complicada decisión de aumentar el precio de venta recomendado en EE.UU.”, explicó la firma en un comunicado.
La medida no es aislada. En mayo, Microsoft incrementó en 20 % el precio de la Xbox Series X, que pasó de 500 a 600 dólares, además de anunciar que varios de sus próximos lanzamientos se venderán a 79 dólares durante la temporada navideña.
Por su parte, Nintendo también informó a inicios de este mes que los precios de la Nintendo Switch —incluyendo las versiones OLED y Lite—, así como de algunos accesorios, variarán en el mercado estadounidense según las condiciones comerciales vigentes.