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Hospital de Collique bajo la lupa: miles de dosis de fentanilo desaparecen y se sospecha que terminaron en EE.UU.

Una silenciosa pero alarmante pérdida de fármacos ha puesto en jaque al Hospital Sergio Bernales, ubicado en el distrito limeño de Comas. Según documentos oficiales a los que accedió ContraCorriente, en el canal Willax, cerca de cinco mil dosis de fentanilo –un opioide sumamente potente– habrían sido sustraídas del almacén del nosocomio y, de acuerdo con hipótesis policiales, su destino final habría sido el mercado ilegal estadounidense.

Todo comenzó el 5 de abril de 2023, cuando Liliana Ruiz, entonces responsable de la farmacia del hospital, detectó una ausencia considerable de medicamentos por un valor superior a los 249 mil soles. Entre lo desaparecido destacaban 4,970 ampollas de fentanilo y 100 tabletas de fenobarbital. Las autoridades internas no ofrecieron respuestas concretas, y la denuncia fue remitida a la Dirección de Redes Integradas de Salud Lima Norte, al Ministerio de Salud y, posteriormente, a la Contraloría General de la República.

Pero la historia no terminó allí. Meses más tarde, el 21 de agosto de 2024, Ruiz presentó una nueva denuncia en la que responsabilizaba directamente a tres exdirectores del hospital, así como a Ángela Andrea Carbajal Tovar, quien era la jefa de farmacia al momento del robo.

A pesar de la gravedad del caso, las investigaciones avanzan con lentitud. La situación recuerda a episodios similares ocurridos recientemente en Cajamarca y Lima, donde decomisos de fentanilo tampoco condujeron a responsables claros ni sanciones concretas.

Los protocolos sanitarios peruanos exigen un control riguroso para el manejo de sustancias controladas como el fentanilo. Sin embargo, los vacíos en la cadena de custodia y la aparente negligencia en el Hospital Sergio Bernales abrieron una puerta peligrosa: la del narcotráfico de alto nivel.

Fuentes de la Policía Nacional aseguran que esta droga es recolectada por mafias especializadas que la trasladan fuera del país, especialmente hacia Estados Unidos. Allí, el fentanilo es procesado y mezclado con otras sustancias para dar forma a la temida «droga zombi», una combinación letal que puede cobrarse miles de vidas y que se vende por más de 50 dólares la dosis.

Además del opioide, también se han reportado desapariciones de otros medicamentos esenciales y equipos médicos, en un contexto en el que, paradójicamente, los pacientes continúan enfrentando la escasez de insumos básicos en sus tratamientos.

El fentanilo, cuyo uso médico está limitado a situaciones críticas de dolor, se ha transformado en el nuevo eje del narcotráfico internacional. Hoy, representa un negocio más rentable que la cocaína o la marihuana debido a su bajo costo de producción, facilidad de ocultamiento y altísima demanda en el mercado negro. En Estados Unidos, donde la crisis por sobredosis ya deja más de 100 mil muertes anuales, la situación ha alcanzado proporciones de emergencia nacional.

Lo ocurrido en el hospital de Collique podría ser solo la punta del iceberg de una red más amplia de corrupción, negligencia y crimen organizado que utiliza los vacíos del sistema de salud peruano para alimentar una epidemia letal en el hemisferio norte.