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Hondo pesar en la FAP: despiden a la alférez Ashley Vargas en una ceremonia privada

Los restos de la alférez Ashley Vargas Mendoza, joven oficial de la Fuerza Aérea del Perú de tan solo 24 años, son velados de manera reservada en la base aérea Las Palmas, en Surco. La oficial, cuya vocación y disciplina la llevaron a ser reconocida como espada de honor de su promoción, falleció en un accidente aéreo que aún se encuentra en etapa de investigación.

Durante la madrugada, un avión Spartan trasladó el féretro desde la ciudad de Pisco hasta Lima. El ataúd, envuelto con la bandera nacional, fue recibido con honores por sus compañeros de armas y familiares, quienes la acompañaron en un recorrido solemne hacia el velatorio instalado en la zona de oficiales.

Flores blancas, rostros serios y un profundo silencio marcaron la ceremonia. El padre de la joven, visiblemente conmovido, encabezó el ingreso acompañado por seres queridos. En el patio de honor, seis oficiales de su misma promoción se encargaron de cargar el féretro hasta el lugar donde se realizó un homenaje final.

El capellán de la Escuela de Oficiales, padre Miguel del Río Sifuentes, ofreció unas palabras que reflejaron el espíritu y compromiso de Ashley: “Ella no solo fue una excelente profesional, sino también una mujer de fe, con valores firmes. Su entrega la llevó a destacar en todo lo que hizo”.

Un hallazgo entre escombros y preguntas abiertas

La recuperación del cuerpo se produjo luego de más de dos semanas de búsqueda. Ashley fue hallada aún sujeta a su asiento eyectable, en una zona de difícil acceso. Las operaciones de rescate continúan bajo coordinación de la Marina.

Respecto a las circunstancias técnicas del accidente, se ha explicado que el sistema de eyección del avión necesita ser activado manualmente por el piloto, mediante una palanca. “No es un mecanismo automático. Solo se inicia si el piloto jala la argolla. No podemos confirmar si hubo una falla o si simplemente no llegó a activarse”, indicaron los especialistas.

También se ha descartado que los cartuchos del asiento estuvieran vencidos. Según los reportes técnicos, los dispositivos explosivos del sistema eyectable estaban dentro de su periodo de vigencia, con revisión programada recién para 2027.

Finalmente, los investigadores señalaron que la violencia del impacto —a una velocidad estimada de 380 km/h— causó graves daños en la estructura del avión. Ambos asientos fueron hallados con los paracaídas desprendidos y sus contenedores destrozados por la fuerza de la caída.