El exembajador del Perú en Washington, Harold Forsyth, puso paños fríos sobre la supuesta invitación que habría recibido la presidenta Dina Boluarte del vicepresidente estadounidense, James David Vance. Según explicó, lo ocurrido en el Vaticano no pasó de ser un gesto diplomático.
El breve saludo entre Boluarte y Vance, ocurrido durante la misa inaugural del pontificado del papa León XIV, no puede considerarse una invitación formal, remarcó el diplomático. Forsyth, quien representó al Perú en Estados Unidos durante el mandato de Ollanta Humala, subrayó que el vicepresidente norteamericano no tiene la autoridad para comprometer la agenda del presidente Donald Trump.
“Una propuesta verbal de ese tipo es atípica y no constituye una invitación oficial”, precisó en una entrevista reciente. Además, explicó que las visitas de un jefe de Estado a los Estados Unidos se preparan con gran antelación y bajo estrictas normas protocolares.
Una visita oficial, puntualizó Forsyth, debe incluir al menos una reunión en la Casa Blanca y otro encuentro con el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. En este contexto, una gira de la mandataria peruana sin esos elementos no calificaría como oficial.
A pesar de ello, Dina Boluarte ya ha anunciado su intención de viajar al país norteamericano. Durante su intervención en un evento internacional, señaló que Vance la había «invitado» y manifestó su esperanza de que el Congreso peruano le otorgue el permiso necesario para salir del país.
“Confío en que primarán los intereses nacionales”, dijo la presidenta, quien considera que el viaje podría fortalecer las relaciones bilaterales y abrir nuevas oportunidades de cooperación entre ambos países.
No obstante, el Ejecutivo aún no ha ingresado la solicitud formal al Congreso para autorizar el viaje, trámite indispensable para que la salida del país sea aprobada. Hasta el momento, tampoco se conocen detalles de la agenda ni si se prevé una reunión con el presidente estadounidense.
Forsyth fue claro al afirmar que, si bien el gesto de Vance fue diplomáticamente amable, cualquier invitación oficial debe canalizarse por las embajadas correspondientes. “Lo que ocurrió fue un intercambio de cortesía, nada más”, concluyó.