El Perú enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, evidenciada por un alarmante incremento en el número de homicidios durante el primer trimestre de 2025.
Según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), entre el 1 de enero y el 22 de marzo se registraron 503 homicidios, lo que equivale a un asesinato cada cuatro horas. Esta cifra representa un récord en los últimos nueve años y supera los 469 homicidios reportados en el mismo periodo de 2024.
El aumento de la violencia ha sido constante en los últimos años. En 2017, se registraron 674 asesinatos, mientras que en 2024 la cifra ascendió a 2,059, evidenciando un incremento del 205% en siete años. Lima encabeza la lista de homicidios con 160 casos, seguida de La Libertad con 49, Callao con 42, Piura con 34 e Ica con 20.
Ante esta situación, el Gobierno ha declarado el estado de emergencia en Lima Metropolitana y el Callao por 30 días, permitiendo la suspensión de libertades civiles y la realización de arrestos sin órdenes judiciales. Se han desplegado 1,000 soldados para patrullar las calles y reforzar la seguridad en estaciones de tren y autobús.
Además, el Congreso destituyó al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, por su incapacidad para controlar la creciente criminalidad.
Sin embargo, expertos en seguridad cuestionan la efectividad de estas medidas. Ricardo Valdés, director de CHS Alternativo, calificó de «absurda» la propuesta de reinstaurar el servicio militar obligatorio, argumentando que no contribuye a la lucha contra la extorsión ni mejora la capacidad de investigación criminal. Valdés enfatiza la necesidad de invertir en inteligencia, control territorial, tecnología y fortalecimiento de las unidades de investigación criminal para enfrentar eficazmente la delincuencia.
La población peruana vive con creciente temor debido a la escalada de violencia, que incluye extorsiones, ataques a colegios y asesinatos de figuras públicas como el cantante Paul Flores de Armonía 10. La captura de tres presuntos responsables de su muerte por parte de la Policía Nacional del Perú es un paso hacia la justicia, pero la ciudadanía exige soluciones integrales y sostenibles para restaurar la seguridad en el país.
