La cadena de restaurantes TGI Fridays, conocida por su ambiente casual y menús tradicionales estadounidenses, ha solicitado protección bajo el Capítulo 11 de bancarrota en Estados Unidos, buscando reorganizarse para enfrentar los fuertes desafíos financieros que afectan sus operaciones globales. La empresa se ha visto afectada por el impacto duradero de la pandemia, el aumento de costos debido a la inflación y la intensa competencia de la industria de comida rápida, lo que ha reducido sus ingresos significativamente.
La reestructuración de TGI Fridays implica el cierre de 50 de sus 163 locales propios, un movimiento estratégico que busca priorizar los establecimientos más rentables y optimizar recursos. Sin embargo, los cierres se aplicarán exclusivamente a los locales bajo la gestión directa de la empresa, dejando a salvo a las franquicias, que continuarán operando de forma independiente y sin cambios inmediatos. Este plan también permitirá a TGI Fridays dirigir sus esfuerzos hacia los mercados donde todavía mantiene una base de clientes sólida y explorar nuevas oportunidades para innovar en su oferta gastronómica.
La compañía ha anunciado que la medida es un paso necesario para fortalecer su posición en un sector que ha experimentado cambios significativos desde la pandemia. Además, los altos costos de operación, combinados con la transformación en los hábitos de consumo, han sido factores determinantes en la decisión de la empresa de acogerse a la protección de bancarrota y de optar por una estrategia más adaptada a las condiciones actuales del mercado.
Con esta reestructuración, TGI Fridays espera no solo estabilizar sus operaciones, sino también sentar las bases para un modelo de negocio más sostenible, que le permita competir en un sector cada vez más dinámico. La empresa se suma así a otras grandes cadenas de restaurantes que han tenido que adaptarse y reformular sus estrategias para enfrentar los retos de la post-pandemia.
