¿Quién diría que un cohete rumbo a Marte terminaría provocando una disputa internacional por basura espacial? Eso es justamente lo que podría pasar luego de que el gobierno de México analizara tomar acciones legales contra SpaceX por los escombros del Starship, que explotó (otra vez) durante una prueba.
Y sí, el asunto ha llegado hasta el escritorio presidencial.
SpaceX: “¡Esos restos son míos!”
La compañía de Elon Musk confirmó que, tras la explosión más reciente de su nave Starship durante una prueba en Texas, parte de los restos cruzaron la frontera hacia México.
En una publicación en X, SpaceX señaló que ha tenido problemas para recuperar estos pedazos de cohete porque gente “no autorizada” los está recogiendo en propiedad privada. La empresa remarcó que estos fragmentos siguen siendo de su propiedad y pidió ayuda al gobierno mexicano para recuperarlos.
El gobierno mexicano se pone serio
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que se está evaluando el impacto ambiental y de seguridad de los lanzamientos de SpaceX, especialmente para el estado de Tamaulipas. “A partir de ahí, iniciaremos un proceso, porque efectivamente hay contaminación”, declaró.
¿La intención? Determinar si se han violado leyes internacionales y, de ser así, tomar medidas legales.
Una racha explosiva en el espacio
Esta no ha sido la única vez que el Starship decide autodestruirse. En marzo, una explosión en el espacio obligó a cerrar el espacio aéreo en partes de Florida. En enero, otro cohete se desintegró y lanzó restos sobre el Caribe, incluso dañando un auto en las Islas Turcas y Caicos.
¿Basura espacial o evidencia de juicio?
SpaceX asegura estar dispuesta a colaborar con las autoridades mexicanas para limpiar los restos, pero si la investigación confirma contaminación o violaciones legales, podríamos ver una inédita demanda interplanetaria… bueno, casi.
* Tomado de FayerWayer
