Irlanda enfrenta una de las páginas más oscuras de su historia reciente con el inicio de las excavaciones en el antiguo Hogar para Madres y Bebés Bon Secours, en la localidad de Tuam, condado de Galway. En el lugar se busca recuperar los restos de al menos 796 niños, presuntamente enterrados en una fosa séptica entre 1925 y 1961.
El recinto fue gestionado por la congregación de las Hermanas del Buen Socorro, que durante décadas administró este tipo de instituciones creadas para albergar a mujeres solteras embarazadas y a sus hijos. Muchos de estos niños murieron por enfermedades tratables, malnutrición, abandono y hacinamiento, según investigaciones oficiales.
Excavaciones lideradas por un equipo internacional
El equipo a cargo de las excavaciones está formado por 18 especialistas —entre arqueólogos, antropólogos y forenses— de países como Canadá, Colombia, España, EE.UU. y Reino Unido. Su misión es localizar los restos, analizarlos, identificarlos y brindarles un entierro digno. Para ello se cuenta con el apoyo de más de 80 familias que han proporcionado muestras de ADN.
Estas labores se extenderán durante dos años y se desarrollan en paralelo a un proyecto urbanístico que se construye sobre los terrenos del antiguo hogar. La noticia ha reavivado el debate en torno al papel de la Iglesia y del Estado en la administración de estas instituciones.
Una historia silenciada durante décadas
Las primeras sospechas surgieron en 1975, cuando dos niños descubrieron esqueletos bajo una losa de hormigón. Sin embargo, no fue hasta 2014 que la historiadora Catherine Corless reveló que casi 800 niños murieron en el lugar y que solo dos contaban con registros de sepultura. En 2017, una excavación preliminar encontró restos humanos, confirmando la hipótesis de Corless.
Un informe oficial publicado en 2021 por una comisión estatal documentó que más de 9.000 niños murieron en 18 hogares similares en Irlanda entre 1922 y 1998, muchos de ellos en circunstancias evitables.
Disculpas y compensaciones
Tras la publicación del informe, tanto el Gobierno irlandés como la congregación religiosa ofrecieron disculpas públicas. Las Hermanas del Buen Socorro admitieron que se violaron derechos humanos fundamentales y ofrecieron una contribución económica al fondo de compensación estatal de casi 13 millones de euros. El documento reconoció que madres e hijos fueron “rechazados, silenciados, excluidos y enterrados de forma irrespetuosa e inaceptable”.
El Estado también asumió parte de la responsabilidad, ya que varias de estas instituciones eran públicas, aunque estaban administradas por congregaciones religiosas.
Una red de salud con pasado cuestionado
La congregación de las Hermanas del Buen Socorro fue fundada en Francia en 1824 con el objetivo de cuidar enfermos. En 1861 llegó a Irlanda, y con el tiempo dio origen al sistema hospitalario Bon Secours Health System, hoy uno de los mayores del país y con presencia en EE.UU. tras fusionarse con Bon Secours Mercy Health en 2019.
Según registros oficiales, en 1947 la tasa de mortalidad infantil en el hogar de Tuam duplicaba la de otras instituciones similares. Además, una investigación del Irish Examiner en 2015 planteó la posibilidad de que cientos de niños registrados como fallecidos hubieran sido entregados en adopción en EE.UU., lo que abre nuevas interrogantes sobre cuántos cuerpos se encontrarán realmente en el sitio.