La crisis humanitaria en Gaza se agrava. El Ministerio de Salud del enclave informó que seis personas murieron por hambre en las últimas 24 horas, elevando a 175 el número de fallecidos a causa de la desnutrición severa, entre ellos 93 menores de edad.
Mientras tanto, el saldo total de víctimas desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023 asciende a 60.839 muertos y 149.588 heridos, según datos oficiales.
«Numerosas víctimas aún permanecen bajo los escombros o en las carreteras, ya que los equipos de ambulancias y rescate no logran acceder a esas zonas», indicó el Ministerio.
El Comité de los Derechos del Niño de la ONU condenó en mayo la hambruna masiva que afecta especialmente a la infancia en Gaza e instó a Israel a permitir el ingreso inmediato y sostenido de alimentos y suministros médicos esenciales.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) advirtió en mayo que unas 470.000 personas en la Franja enfrentan una “hambruna catastrófica”, y alertó que “la población corre el riesgo de morir de hambre” debido al bloqueo total de la ayuda humanitaria impuesto desde el 2 de marzo.
Israel impidió la entrada de asistencia en los días posteriores a la masacre cometida por Hamás el 7 de octubre de 2023, aunque luego accedió a permitir el ingreso limitado de ayuda tras la presión internacional, especialmente de Estados Unidos.
En enero, se alcanzó una tregua entre Tel Aviv y Hamás que permitió la liberación de rehenes israelíes a cambio de presos palestinos. Sin embargo, el 18 de marzo, el acuerdo colapsó y las fuerzas israelíes reanudaron los bombardeos a gran escala, que causaron cientos de muertes en cuestión de horas.
A inicios de marzo, poco antes de que finalizara la tregua, Israel volvió a cerrar por completo las fronteras de Gaza, impidiendo la entrada de alimentos, combustible y medicinas.