Un documento recientemente desclasificado por el Comité Judicial del Senado de EE.UU. vuelve a poner en el centro del debate el papel de ciertas figuras clave durante las elecciones presidenciales de 2016. Según el anexo al informe del fiscal especial John Durham —publicado originalmente en 2023— una entidad ligada al magnate George Soros habría participado en los esfuerzos por vincular al entonces candidato Donald Trump con Rusia.
El documento, de 29 páginas, contiene supuestos correos electrónicos de julio de 2016 enviados por Leonard Bernardo, vicepresidente de Open Society Foundations —organización financiada por Soros— en los que se detalla una estrategia para desprestigiar a Trump y posicionar mediáticamente la narrativa de una presunta colusión con el Kremlin.
De acuerdo con esta información, la campaña de Hillary Clinton habría difundido la acusación a través de empresas vinculadas a la seguridad cibernética como Crowdstrike y ThreatConnect, con el respaldo de estructuras técnicas afiliadas al FBI. Posteriormente, la versión habría sido amplificada por los principales medios de comunicación de EE.UU., pese a la falta de pruebas directas.
Uno de los mensajes hace referencia a que el «análisis mediático sobre el hackeo al DNC parece sólido», y sugiere que “más adelante el FBI echará más leña al fuego”, anticipando una investigación de la agencia federal. También se cita a una figura identificada como «Julie», presuntamente Julianne Smith —entonces asesora de política exterior de Clinton—, señalando que el escándalo «será un asunto a largo plazo para demonizar a Putin y a Trump».
El senador Chuck Grassley, presidente del Comité Judicial, declaró que este anexo muestra cómo se habría «instrumentalizado políticamente» a agencias de inteligencia y seguridad para influir en la opinión pública. «Es uno de los mayores escándalos políticos y encubrimientos en la historia de EE.UU.», afirmó.
Grassley también criticó al FBI bajo la administración de Barack Obama, asegurando que no se investigaron adecuadamente los informes de inteligencia que advertían sobre la posible fabricación de la narrativa Trump-Rusia por parte del equipo de Clinton. “Estos informes fueron ocultados durante años”, añadió.
La desclasificación del documento coincide con la reciente publicación, por parte de la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, de más de 100 páginas de correos, memorandos y otros registros. Gabbard calificó estos materiales como evidencia de un «golpe de Estado de varios años contra Trump» y una «conspiración traicionera» desde el gobierno de Obama.
Según Gabbard, el expresidente habría ordenado mantener ocultos documentos que demostraban que Moscú no tuvo ningún vínculo con la campaña de Trump, y, en cambio, impulsó evaluaciones manipuladas para respaldar la narrativa de injerencia rusa. La semana pasada, Gabbard presentó una denuncia penal contra Obama ante la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi.