Una nueva evaluación del Gobierno de Estados Unidos pone en duda el supuesto éxito de los recientes ataques a instalaciones nucleares en Irán. Según fuentes citadas por NBC News, solo una de las tres plantas —Fordo, Natanz e Isfahán— sufrió daños graves.
Las otras dos instalaciones podrían retomar sus operaciones en los próximos meses, lo que contradice la narrativa de la administración Trump, que había calificado la operación como «la más exitosa de la historia».
El informe fue compartido con legisladores y aliados, y se suma a una serie de documentos de inteligencia que apuntan a que el impacto real fue mínimo. Según estas evaluaciones, el programa nuclear iraní habría sido retrasado apenas seis meses.
Un plan más ambicioso fue rechazado
De acuerdo con NBC, el Comando Central de EE.UU. había propuesto una operación más extensa. El plan contemplaba bombardeos durante varias semanas y el ataque a múltiples objetivos.
No obstante, el entonces presidente Donald Trump rechazó esa opción. Alegó que no quería involucrarse en conflictos prolongados en el extranjero. «Estábamos dispuestos a llegar hasta el final, pero el presidente no quiso», dijo una fuente conocedora del plan.
Irán insiste en que su programa es pacífico
Actualmente, autoridades estadounidenses e israelíes evalúan nuevas acciones si Irán no retoma las negociaciones nucleares. Teherán, por su parte, ha reiterado en diversas ocasiones que su programa tiene fines pacíficos.
Aunque Washington insiste en que los daños son irreversibles y que las instalaciones tardarán años en recuperarse, informes internos ofrecen una visión distinta. Algunos se basaron únicamente en imágenes satelitales tomadas en las primeras 24 horas tras los ataques, sin inspecciones presenciales.
El contexto: ataque y respuesta
El ataque ocurrió el 22 de junio. Estados Unidos bombardeó las plantas de Fordo, Natanz e Isfahán con bombas antibúnker. En respuesta, Irán lanzó un ataque contra la base aérea estadounidense de Al Udeid, ubicada en Catar.
La filtración de este nuevo informe causó molestias en la administración Trump, que lo consideró «poco confiable» por haber sido elaborado con información limitada y sin verificación en el terreno.