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Hulk Hogan enfrentó un grave deterioro semanas antes de su muerte

En sus últimas semanas de vida, la leyenda de la lucha libre Hulk Hogan atravesaba un notorio deterioro físico, según reveló una fuente cercana a su familia. El exluchador permanecía en su mansión en Clearwater, Florida, centrado en sanar heridas emocionales y cerrar capítulos pendientes.

«Sabía que su corazón estaba muy débil y que el final se acercaba», aseguró la fuente al Daily Mail. Hogan sufría de fatiga extrema, tenía dificultades para respirar, había perdido mucho peso y necesitaba oxígeno constantemente. Aun así, decidió quedarse en casa, acompañado por sus seres más queridos.

Un adiós en paz y reconciliación

El ex ícono de la WWE, cuyo nombre real era Terry Bollea, dedicó sus últimos días a reconectar con familiares con los que había perdido contacto y resolver asuntos personales. «No quería irse con cuentas pendientes», afirmó la fuente, describiendo momentos íntimos, emotivos y marcados por el deseo de reconciliación.

Contradicciones y últimos momentos

Semanas antes de su fallecimiento, su esposa Sky había negado que estuviera en coma o en estado crítico, y aseguró que Hogan se recuperaba de una cirugía cervical y que su corazón estaba «fuerte».

Sin embargo, la mañana del jueves 24 de julio, una llamada de emergencia alertó sobre una crisis cardíaca en su domicilio. Fue trasladado al Hospital Morton Plant, donde fue declarado muerto a los 71 años.


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