Una devastadora noticia sacudió hoy al mundo del deporte: Diogo Jota, delantero del Liverpool y figura de la selección portuguesa, falleció en un accidente automovilístico en España, a los 28 años. Junto a él también perdió la vida su hermano menor, André Silva, de 26 años, jugador del Penafiel de la segunda división lusa.
La Federación Portuguesa de Fútbol confirmó el hecho la mañana del jueves, expresando su profundo pesar por la irreparable pérdida de ambos jóvenes. El accidente ocurrió en la localidad de Cernadilla, en Zamora, al noroeste de España. De acuerdo con la Guardia Civil, el siniestro se produjo tras el estallido de un neumático mientras el vehículo —un Lamborghini, según medios españoles— intentaba realizar un adelantamiento. Tras el impacto, el coche se incendió.
Apenas dos semanas antes, Jota se había casado con su pareja de toda la vida, Rute Cardoso, con quien tenía tres hijos. El jugador venía de una temporada consagratoria con el Liverpool, donde fue parte del equipo que ganó la Premier League, aportando seis goles y cuatro asistencias en 26 partidos. Además, había sido campeón de la UEFA Nations League con Portugal en 2019 y nuevamente en 2025.
Jota, surgido del Paços de Ferreira, tuvo pasos por Atlético de Madrid, Porto y Wolverhampton antes de consolidarse en Anfield desde 2020. Su partida deja un vacío inmenso en el club inglés, que en un comunicado expresó estar «devastado» y pidió respeto por el duelo que atraviesan los familiares, compañeros y el entorno del jugador.
La conmoción también alcanzó a Cristiano Ronaldo, quien le dedicó un emotivo mensaje en redes sociales: “No tiene sentido… Acababas de casarte, recién habíamos compartido vestuario con la selección. Mis condolencias a su esposa, hijos y familia. Descansen en paz, Diogo y André”.
El fútbol pierde no solo a un jugador brillante, sino a un ser humano querido y respetado por todos.
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