En el exigente mundo del tenis profesional, donde los reflectores suelen apuntar a las grandes figuras del circuito ATP, hay historias que se tejen lejos de los estadios principales, en canchas más humildes, pero no por ello menos desafiantes.; una de esas historias es la del peruano Gonzalo Bueno, quien ha vuelto a demostrar que no está en Europa de paso, sino con la clara intención de hacerse notar.
Con apenas 21 años, el trujillano ha alcanzado su tercera semifinal del año en el circuito Challenger, esta vez en Liberec, República Checa, en un torneo jugado sobre arcilla y marcado por lluvias intermitentes. Allí, superó con autoridad al argentino Andrea Collarini (ATP #240), uno de los favoritos del certamen, con parciales de 7-5 y 6-2, en apenas una hora con 40 minutos.
Pero más allá del resultado, destaca la solidez y madurez con la que Gonzalo ha encarado el torneo: tres partidos, tres victorias, y un solo set cedido. En las rondas anteriores, ya había dejado en el camino al italiano Stefano Travaglia (ATP #228) y al local Hynek Barton (ATP #297). El progreso es evidente, no solo en el juego, sino también en el ranking: con este triunfo, escaló 26 posiciones en el ranking en vivo de la ATP, colocándose momentáneamente en el puesto #268, cerca de su mejor marca histórica (#236).
Su próximo rival saldrá del duelo entre el checo Maxim Mrva (17 años, ATP #447) y el eslovaco Norbert Gombos (ATP #261), partido que fue suspendido por la lluvia. Sea quien sea, el reto será importante: Gonzalo busca inclinar a su favor su historial reciente en semifinales, que hasta el momento registra una caída (Buenos Aires) y una victoria (Lima).
Desde que ganó su primer Challenger en Buenos Aires en enero del 2024, y luego otro en Concepción (Chile), Gonzalo Bueno ha demostrado que el talento peruano puede seguir compitiendo en el más alto nivel, siempre que haya trabajo, disciplina y paciencia. Junto con Ignacio Buse, es uno de los nombres que sostienen la esperanza de una nueva generación del tenis nacional. Una generación que, paso a paso, empieza a dejar huella.