El mundo de la música peruana y latinoamericana está de luto tras el fallecimiento del renombrado compositor peruano, Celso Garrido-Lecca Seminario, quien partió este lunes 11 de agosto, a la edad de 99 años en Lima.
La Sociedad Filarmónica de Lima, en una esquela difundida en sus redes sociales, lamentó la partida del músico peruano reconociéndolo como el “compositor más relevante que ha producido el Perú en el último siglo”.
Celso Garrido-Lecca nació el 9 de marzo de 1926 en Piura. Es hijo de Celso Mario Garrido-Lecca Montoya y Amelia Seminario Arbulú.

El destacado compositor peruano dedicó su vida a la creación musical y a la promoción de la música culta y popular en la región. Estudió composición con el maestro Rodolfo Holzmann en el Conservatorio Nacional de Música de Lima entre 1947 y 1950, y completó su formación en Santiago de Chile, donde se sumergió en corrientes contemporáneas como la atonalidad y el dodecafonismo.
Su paso por la Universidad de Chile, donde trabajó durante una década como compositor y asesor musical en el Instituto del Teatro, fue crucial para su desarrollo artístico. Allí colaboró con figuras icónicas de la música latinoamericana, como Víctor Jara e Inti-Illimani, dejando una huella imborrable en la escena cultural del vecino país del sur.
En 1964, Garrido-Lecca recibió una beca para estudiar con el célebre compositor Aaron Copland en Tanglewood, Estados Unidos, experiencia que enriqueció su lenguaje musical. A su regreso a Perú en 1973, tras el golpe de Estado en Chile, asumió la cátedra de composición en el Conservatorio Nacional de Música, del cual fue director entre 1973 y 1979.
Su obra, caracterizada por la fusión de elementos andinos, serialismo y la influencia del movimiento de la Nueva Canción, incluye piezas destacadas como “Antaras” para doble cuarteto de cuerdas y contrabajo, “Laudes I” y “Laudes II”, “Elegía a Machu Picchu”, “Sonata Fantasía” para cello y piano, y “Retablos Sinfónicos”. Estas composiciones reflejan su profundo compromiso con la identidad cultural peruana y su capacidad para dialogar con las vanguardias musicales.
Garrido-Lecca fue un miembro fundador del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte, y contribuyó significativamente a su creación y consolidación.
Su trayectoria fue reconocida con numerosos galardones, entre ellos el prestigioso Premio Iberoamericano de Música Tomás Luis de Victoria en el año 2000, otorgado por la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), considerado el más importante en el ámbito de la música culta iberoamericana. También recibió la Orden del Mérito Civil en el grado de Comendador por parte del gobierno español en 1982 y becas como la de la Fundación Guggenheim (1963-1964).
Su interés por la música andina lo llevó a dirigir los Talleres de la Canción Popular, desde donde surgieron destacados grupos que revitalizaron la música folclórica. Además, su obra abarca música orquestal, de cámara, incidental para teatro y cine, y óperas como “Apu Inca Atahualpaman”. Sus composiciones han sido grabadas en discos editados en Perú, Chile, México y Estados Unidos, consolidando su legado internacional.
El Ministerio de Cultura de Perú, junto a diversas figuras del ámbito musical, ha expresado su profundo pesar por la partida de Garrido-Lecca, destacándolo como un “referente de la música contemporánea peruana” y el último gran representante de la generación de compositores peruanos de los años 50. Su muerte deja un vacío inmenso, pero su música continuará resonando como un testimonio de su genialidad y su amor por la cultura latinoamericana.
Celso Garrido-Lecca deja un legado que trasciende fronteras, siendo un símbolo de la riqueza y diversidad de la música peruana. Sus restos serán velados en Lima, y se espera que en los próximos días se realicen homenajes en su honor tanto en Perú como en Chile, países que marcaron su vida y obra.