Las investigaciones sobre protestas que en 2021 sembraron el terror en toda Colombia, mostraron nuevas revelaciones, luego de que se publicarán unas conversaciones de dos hombres que supuestamente pertenecen a grupos armados y usaron material del Ejército en contra de los manifestantes.
Los dos hombres, padre e hijo, fueron arrestados el pasado 25 de enero de 2023 en Cali y se les acusa de ser integrantes de una red de tráfico de armas en el Ejército Nacional. Algunas de las comunicaciones entre ambos fueron difundidas a través de los medios colombianos.
Un trabajo de la Fiscalía
Las conversaciones fueron interceptadas en el marco de esa investigación que lleva a cabo Fiscalía colombiana en la que también recolectaron evidencias de la conformación de grupos de autodefensa para repeler a indígenas y a jóvenes de la llamada Primera Línea, que participaban en el paro nacional durante el Gobierno del expresidente Iván Duque (2018-2022).
Según el organismo colombiano dichas organizaciones, compuestas por civiles, habrían sido financiadas por terceros y actuaron especialmente en la ciudad de Cali, en el occidente colombiano donde se vivieron las protestas más violentas que se saldaron con decenas de muertos y heridos.
Según denunciaron algunos manifestantes la Policía local y otros funcionarios sabían de la existencia de esos grupos y no hicieron nada para detenerlos.
Colaboración entre policías y civiles
«La posición frente a los fenómenos de estallido social que hubo entre 2019 y 2021 estuvieron en la perspectiva de tratamiento del enemigo interno, de tratamiento por vía de la represión, del terror estatal y paraestatal y no fueron casos aislados», sostuvo Jaisón Murillo Pachón, coordinador de la marcha patriótica de Bogotá.
Murillo relató que en su momento se difundieron y denunciaron grabaciones de interceptaciones entre policías, que «efectivamente coordinaron la manera en que reaccionaron de manera violenta asesinando e hiriendo a decenas de manifestantes durante el estallido».
Para el coordinador de la marcha patriótica de Bogotá, los nuevos audios solo revelan que la colaboración entre la policía y los civiles «fue parte de una estrategia y que no fueron casos aislados».
Las dos personas participantes en las conversaciones interceptadas y ahora difundidas serían Eduardo Molina Berrio, de 57 años, y con un proceso judicial en 2015 por homicidio, y su hijo Eduardo Molina Obando, de 25 años y quien sería el socio del sargento retirado Johnny Moreno, considerado como el principal comprador de municiones y granadas robadas a la Tercera Brigada del Ejército Nacional en Cali