Internacional

Ucrania teme bombardeo ruso a Odesa

La evacuación de civiles del puerto ucraniano de Mariúpol -sitiado por tropas rusas- fue interrumpida anunció el domingo la Cruz Roja, mientras el presidente ucraniano advirtió que la estratégica ciudad de Odesa podría ser bombardeada.

El ejército ucraniano informó por Facebook sus «principales esfuerzos están concentrados en defender la ciudad de Mariúpol».
 
Mariúpol -un puerto estratégico en el mar de Azov- ha estado varios días bajo intenso asedio ruso, sin electricidad, agua y alimento y varios intentos para evacuar a los civiles han tenido que ser suspendidos por las violaciones de ceses al fuego acordados.
 
La caída de este puerto marcaría un punto de inflexión en la guerra porque permitiría a Rusia unir las tropas que avanzan desde la península de Crimea -anexada por Moscú en 2014- con las fuerzas que penetran el país desde el Donbás, en el este. 
 
Este domingo las autoridades ucranianas de Mariúpol anunciaron que habían acordado con los rusos un alto al fuego y que iban a comenzar la «evacuación de la población civil» al mediodía (10H00 GMT).
 
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que la evacuación fue «interrumpida». 
 
El alcalde del puerto Vadim Boitchenko, indicó en una entrevista publicada en YouTube que «Mariúpol ya no existe» y que hay miles de heridos. 
 
«Había cuerpos por todas partes»
 
Más al norte, en Kiev, los barrios obreros de las afueras, como Bucha e Irpin, ya están en la línea de fuego, y los últimos ataques aéreos convencieron a muchos residentes de que era la hora de huir. 
 
«Están bombardeando áreas residenciales, escuelas, iglesias, edificios, todo», se lamentó la contable Natalia Didenko.
 
En Bilohorodka, justo en las afueras de la capital, las tropas ucranianas colocaron explosivos en el último puente que permanece en pie para frenar la ofensiva rusa.
 
«Este es el último puente, lo vamos a defender y no vamos a dejar que lleguen a Kiev», dijo un combatiente que se identificó como «Casper». 
 
En Chernígov, una localidad cercana a la frontera con Bielorrusia y Rusia, decenas de civiles murieron.