Las sequías en la sierra peruana, como la ocurrida en la campaña 2022-2023, han puesto en jaque la producción agrícola, especialmente en cultivos de papa y maíz, que dependen de las lluvias entre agosto y diciembre.
Eduardo Zegarra, investigador de GRADE, sostiene que la severa falta de precipitaciones durante octubre y noviembre de 2022, según el Boletín Agrario N° 1, generó una caída superior al 5% en la producción nacional en 2023, afectando gravemente a los productores andinos.
Advirtió que el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC), gestionado por empresas privadas y que tiene un presupuesto anual de 100 millones de soles del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, no logró atender eficazmente a los afectados debido a su metodología basada en pérdidas individuales «observables», que es inadecuada para fenómenos de gran alcance como las sequías.
El especialista en economía agraria, propone un cambio hacia un seguro agrícola indizado, que utilice el índice de sequías estandarizado (SPI) del SENAMHI. Este indicador, actualizado mensualmente identifica con precisión las zonas afectadas por sequías, como se vio en noviembre de 2022.
Anota que un Seguro Agrario Indizado activaría los pagos automáticos a los agricultores cuando el índice supere un umbral crítico, sin necesidad de evaluaciones individuales, optimizando los recursos del Estado y brindando apoyo oportuno a los agricultores.
Sostiene que este nuevo esquema requeriría rediseñar los contratos del Seguro Agropecuario Catastrófico para que las aseguradoras evalúen mejor los riesgos y ofrezcan coberturas adecuadas. Además, sostiene que un subsidio estatal podría fortalecer el sistema, permitiendo a los agricultores adoptar tecnologías más productivas y enfrentar con mayor seguridad los riesgos climáticos, impulsando así la competitividad del sector agrario.