Opinión

Quiero mis zapatos de piel de lagarto   

La frase “no hay que hacer leña del árbol caído” es una metáfora que se utiliza para enseñarnos que no debemos aprovecharnos o atacar a una persona que ha caído en desgracia y que se encuentra en una posición de vulnerabilidad. En el caso de Martín Vizcarra, quien fue sentenciado a cinco meses de prisión preventiva, voy a hacer una válida excepción.

La semana pasada el juez Chávez Tamariz ordenó la prisión preventiva de cinco meses para Vizcarra a pedido de la fiscalía, en el proceso que se le sigue por presuntamente haber recibido sobornos de las constructoras OBRAINSA e ICCGSA cuando era gobernador regional de Moquegua. Esta prisión preventiva no es un adelanto de sentencia sobre los hechos de fondo, sino más bien se dicta para asegurar la presencia de Vizcarra hasta el fin del juicio principal que está próximo a concluir y que a todas luces lo va a declarar culpable de corrupción.

El caso por el cual está siendo juzgado Vizcarra, es uno de los más sólidos en su contra. Su amigo personal, el ex ministro de agricultura José Manuel Hernández hoy día colaborador eficaz, afirma haber recibido 1.3 millones de soles de la constructora ICCGSA a pedido de Vizcarra y supuestamente enviárselos a su casa en San Isidro con su chofer. La fiscalía también cuenta con los testimonios de los dueños de OBRAINSA e ICCGSA quienes confirmaron la entrega del dinero, además de aportar abundante material probatorio que confirmaría la ruta del dinero. Por si lo anterior fuera poco, la fiscalía también cuenta con mensajes electrónicos entre Hernández y Vizcarra y la geolocalización de los teléfonos que confirmarían la presencia de último en las oficinas de las constructoras.

Sin embargo, este es solamente uno de los tantos casos por corrupción por los cuales está siendo investigado Vizcarra, tanto en su paso como gobernador regional de Moquegua, como Ministro de Transportes y Comunicaciones en el gobierno de PPK y luego como presidente.

Su gobierno se caracterizó por la mentira y la traición. Recodemos que Vizcarra conspiró con los fujimoristas para sacar a PPK de la presidencia y él pueda asumir el poder. De la mano de sus amigos caviares, cerró ilegalmente el Congreso. A pesar de la ilegalidad de sus acciones, los medios de comunicación lo apoyaron y celebraron, en el entendido de los millones de soles que recibían en publicidad estatal, también conocida como “mermelada”.

Vizcarra también es responsable de la muerte de más de 200,000 mil peruanos muertos por su mal manejo durante la pandemia del Covid 19. He leído en diferentes medios caviares que Vizcarra no tuvo la culpa por la alta tasa de mortalidad que sufrió nuestro país, que ningún país del mundo estaba preparado y que nuestro sistema de salud era especialmente vulnerable y débil. Todas estas son mentiras.

Las decisiones que tomó Vizcarra y que fueron aplaudidas por la prensa mermelera estuvieron basadas en ideología, conveniencia personal y corrupción en lugar de ciencia. ¿Recuerdan cuándo Vizcarra decretó que los hombres solamente podían salir a hacer las compras lunes, miércoles y viernes, mientras las mujeres lo debían hacer martes, jueves y sábado? ¿Saben cuál fue el sustento científico del “inteligente” ex jefe del INEI Farid Matuk? Dijo que lo hacían para acabar con el patriarcado en la sociedad peruana.

Mientras en todo el mundo se usaban las pruebas moleculares para diagnosticar los casos de Covid, en nuestro país se usaban las pruebas rápidas, que no servían para nada, pero que Vizcarra había comprado de manera directa a empresas chinas. El uso de estas pruebas rápidas daba información falsa que luego propició el aumento de los contagios.

El gobierno de Vizcarra repartió más de once millones de mascarillas de tela a las fuerzas policiales, militares y a los trabajadores del sector salud, cuando estas no servían para evitar el contagio del Covid.

Nuestro país vivió la cuarentana más larga e inservible del planeta, lo que llevó a la destrucción de la economía del país, afectando sobre todo a los más pobres.

Finalmente nos enteramos que Martín Vizcarra y compañía se habían vacunado a escondidas con las vacunas chinas, seguramente como parte de un “negociado” para su posterior compra, que finalmente resultó catastrófica para el personal de salud, ya que las vacunas no servían para prevenir la enfermedad.

Desde esta columna pregunto: ¿por qué los pseudo defensores de los derechos humanos no persiguen a Vizcarra con la misma energía que persiguieron a Fujimori? Supuestamente Fujimori fue responsable de los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, donde en total murieron 25 personas, mientras que Vizcarra ha sido responsable de la muerte de más de 200,000 peruanos. La doble moral de los caviares.

Recordemos que muchos de los que estuvieron al lado de Vizcarra durante su presidencia hoy en día quieren pasar como inocentes palomitas. Es nuestro deber evitar que ello suceda y desde esta columna estaremos atentos y vigilantes.

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