Un grupo de astrónomos ha confirmado el hallazgo de un exoplaneta a tan solo 10 años luz que comparte muchas características con la Tierra. El planeta orbita en la zona habitable de una tranquila estrella enana roja, lo que significa que podría tener agua líquida y, potencialmente, vida.
Con un tamaño 1.2 veces mayor que el de nuestro planeta, este nuevo mundo se perfila como uno de los objetivos más prometedores para la astrobiología. Su cercanía permitirá estudiarlo en detalle con telescopios de última generación como el James Webb, capaces de analizar su atmósfera en busca de biofirmas como oxígeno o metano.
Aunque existen otros exoplanetas en zonas habitables, la combinación de proximidad y condiciones ideales lo convierte en una pieza clave en la búsqueda de vida extraterrestre. Los científicos esperan que en los próximos años podamos obtener datos mucho más concretos sobre su composición y clima.
Este descubrimiento no solo impulsa la investigación astronómica, sino que también nos recuerda que el universo todavía guarda innumerables secretos… y quizá, algún día, nuevas formas de vida.