Durante su último mensaje a la nación por 28 de julio, Dina Boluarte recordó que asumió la Presidencia el 7 de diciembre del 2022, «en medio de una conspiración desde dentro del Gobierno, destinada a dar un golpe de Estado que amenazó con fracturar el orden democrático».
«Querían convertir al ciudadano en esclavo del Estado, escenario que los peruanos ya habíamos derrotado en décadas pasadas con un saldo doloroso de vidas y destrucción de bienes materiales. Ante esa acción inconstitucional y antidemocrática, hubo que actuar bajo el imperativo del deber de defender a la patria», expresó la mandataria en el Hemiciclo del Parlamento.
«Con firmeza y valentía, con este Congreso, las instituciones del Estado y, principalmente, con el pueblo peruano, defendimos el orden constitucional, la libertad, la democracia y el derecho de los peruanos a vivir en un país civilizado, ordenado, pacífico, en el que todos nos respetemos», añadió.
Asimismo, Boluarte remarcó que, cuando sucedió al golpista exgobernante Pedro Castillo, «el país se encontraba dividido, enconado, crispado y en grave declive económico, golpeado por el populismo que desde el centro del poder gubernamental promovió conflictos políticos, creó una grave crisis de confianza que generó la mayor fuga de capitales en medio siglo y se paralizaron proyectos e inversiones».
En ese sentido, lamentó que muchos la critiquen «por haber elegido el deber constitucional de preservar la democracia, la libertad, la propiedad, el respeto a los derechos humanos y de las instituciones democráticas».
«Sin embargo, pregunto, ¿qué hubiera sucedido si no hubiera asumido el Gobierno y no hubiera actuado con absoluto respeto al orden democrático y a la institucionalidad? El país estaría sumido en un indeseado vacío de poder con graves consecuencias: elecciones en medio de la violencia y un poder autoritario e improvisado para supuestamente elaborar una nueva Constitución, pretexto de los que son traidores a la patria, agregó.
De acuerdo con la dignataria, si seguía Castillo en el poder, estaríamos «en un país sin inversiones, sin obras ejecutadas, con mayor pobreza, camino a convertirnos en un país fallido, como Cuba, Venezuela o Bolivia, y otros tantos más».
«Querían convertir al Perú en un país fallido; es decir, en un paria internacional», exclamó.