A partir del 1 de octubre de 2025, el precio de la visa de no inmigrante para ingresar a Estados Unidos subirá de US$185 a US$435, debido a la implementación de una nueva “tasa de integridad”. Esta medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), afecta tanto a trabajadores como a turistas y estudiantes de todo el mundo.
¿Qué es la tasa de integridad?
Se trata de un recargo que busca fortalecer los mecanismos de control en los programas de visas temporales, como las categorías H-1B, H-2A y H-2B. El objetivo es combatir abusos laborales y fraudes, reforzando auditorías e inspecciones. Aunque inicialmente pensada para los empleadores, la tasa será asumida directamente por los solicitantes.
¿A quiénes impacta esta medida?
La nueva tarifa afectará a miles de personas que solicitan visas por motivos de turismo, negocios, estudios o empleo temporal. Esto incluye a trabajadores agrícolas y no agrícolas, especialmente en América Latina.
Diversos sectores han expresado su rechazo, argumentando que la medida aumenta las barreras económicas para quienes desean ingresar legalmente a EE. UU. Abogados migratorios y empresas también han manifestado su preocupación por el efecto disuasorio que esto tendrá en el acceso a talento extranjero.
¿Por qué genera controversia?
Aunque el gobierno estadounidense sostiene que la medida mejorará la seguridad y transparencia en el sistema migratorio, organizaciones migratorias advierten que representa un golpe económico para personas de bajos recursos. La decisión forma parte de una serie de ajustes iniciados durante la administración Trump, orientados a reformar el sistema migratorio con mayor rigidez.
La nueva tarifa entrará en vigencia oficialmente el 1 de octubre de 2025, y ya ha encendido el debate sobre el equilibrio entre seguridad y acceso justo al sistema migratorio estadounidense.
