El papa León XIV tomó la decisión de alejarse temporalmente del Vaticano para pasar sus vacaciones en Castel Gandolfo, la histórica residencia de verano papal situada en los montes Albanos, a 25 kilómetros de Roma. Esta acción marca un giro respecto al papa Francisco, quien nunca utilizó este palacio durante su pontificado y convirtió los apartamentos privados en museo abierto al público.
La residencia de Castel Gandolfo pertenece a la Santa Sede desde 1596 y cuenta con 55 hectáreas de jardines y una granja orgánica. Durante siglos, fue el destino de descanso de numerosos papas, como lo hizo Benedicto XVI tras su renuncia. A partir del 6 de julio, León XIV permanecerá allí durante el mes más caluroso del verano europeo, manteniendo solo algunas actividades litúrgicas. Por ejemplo, el 13 de julio celebrará misa en la Parroquia Pontificia de San Tomás de Villanueva y dirigirá el ángelus desde la Piazza della Libertà; el 20 de julio oficiará la eucaristía en la Catedral de Albano.
La mudanza temporal de León XIV implica la suspensión de audiencias generales y privadas durante el mes de julio, con reanudación programada para el 30 de julio. Las autoridades vaticanas informaron que el pontífice busca un espacio de reflexión y descanso en un entorno natural, sin dejar de cumplir con las funciones esenciales de su cargo.
Con esta decisión, León XIV señala una diferencia con el modelo impuesto por Francisco, quien apostó por la austeridad y la cercanía desde el Vaticano incluso en los meses de verano. La reapertura de Castel Gandolfo al uso papal representa un retorno a elementos históricos y formales de la tradición pontificia.
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