El coronel (r) Benedicto Jiménez Bacca, artífice de la captura de Abimael Guzmán se encuentra internado en el área de cardiología del Hospital Central de la Policia; su situación médica es delicada ya que el fue sometido a una cirugía a corazón abierto hace años y se le implantó un dispositivo cardíaco. Hoy, se encuentra descompensado, pero más grave aún es la descompensación moral del Estado peruano frente a quienes nos devolvieron la paz.
Mientras el país se alista para conmemorar el 12 de septiembre, fecha clave en la historia de la pacificación del Perú, se multiplican los gestos protocolares vacíos, los discursos hipócritas y los actos simbólicos que nada significan para los verdaderos héroes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN).
Héroes olvidados
A diferencia de los comandos Chavín de Huántar, los miembros del GEIN no reciben ningún bono, ni reconocimiento legal equivalente, pese a que fueron ellos quienes capturaron al cabecilla terrorista que desangró al país por décadas; el argumento de que “son policías” y no “militares” es una barrera artificial y discriminatoria.
Peor aún, el Comando Policial se niega a formalizar la documentación necesaria para que se promueva una iniciativa legislativa a través del Ministerio del Interior que luego sea elevada a la Presidencia de la República y enviada al Congreso para que los derechos de los miembros del GEIN sean reconocidos por ley, tal como se hizo con los Chavín de Huántar.
En vez de reparar esta injusticia muchos de los héroes del GEIN están enfermos, en abandono, y judicializando su derecho al reconocimiento en un proceso indigno que deja en ridículo al Estado peruano ante el mundo.
Mientras tanto, los discursos oficiales repiten que “la seguridad es una prioridad” cuando en realidad se olvida, margina y ningunea a quienes le devolvieron la tranquilidad a millones de peruanos y sentaron las bases del crecimiento económico de las últimas décadas.
¿Qué mensaje se está dando a las nuevas generaciones de policías y agentes de inteligencia? ¿Qué incentivo queda para servir al país con la misma entrega de Benedicto Jiménez y su equipo, si el resultado es el olvido, la enfermedad y la indiferencia?
El Estado peruano está a tiempo de corregir este acto de injusticia histórica, y hacerlo con urgencia, no con medallas ni con frases de ocasión, sino con una ley que reconozca de manera igualitaria a los héroes del GEIN, como corresponde por igual razón y justo derecho.
Mientras tengamos esta clase de gobierno, impopular y desacreditado con un sentimiento de odio a solapado contra los policías que capturaron al genocida y a su banda delincuencia terrorista, siempre habrá este tipo de desprecio , odio e hipocresías contra nuestros héroes vivos policías.