Opinión

Geopolítica global y el nuevo rol de Perú en el tablero internacional (Julio 2025)

Después de una tensa calma entre Irán e Israel, Trump regresa por sus fueros para poner el tema del Estado número 51 y comprar Groenlandia. Por si eso fuera poco, ha firmado una disposición que declara no norteamericanos a hijos de inmigrantes nacidos en suelo de EE.UU. Esto le ha traído muchas voces en contra, inclusive cuestionando su propia nacionalidad, siendo Trump hijo de inmigrantes y nacido en EE.UU. Es obvio que las leyes no son retroactivas, pero ya el periodismo le ha planteado directamente ese dilema ético.

Asimismo, Trump también ha cuestionado la misión de la OEA, argumentando que Estados Unidos aporta casi la mitad del presupuesto de la OEA; sin embargo, esta última está más identificada con el Foro de São Paulo que con el Consenso de Washington, evidenciando esta postura ante la permisividad de regímenes como el cubano, venezolano, nicaragüense y el crecimiento de las posturas socialistas ante la supuesta indiferencia de la OEA, cuya creación por EE.UU. en 1948 buscaba unificar políticamente al hemisferio occidental para contrarrestar la influencia socialista.
Cabe señalar que, ante un probable colapso de la OEA, con ella también se estarían cerrando la CIDH y la Corte IDH, quizá, a la fecha, sus principales columnas de sostenimiento.

Las organizaciones multilaterales como la ONU y la OEA han entrado en serios cuestionamientos debido a su viejo esquema para enfrentar la problemática actual. Muchísimas ONG han aparecido en el planeta y se han hecho —a su manera— de varias funciones de ambas organizaciones, como la lucha contra la pobreza, el hambre y el apoyo a la salud, la educación, etc. Esto también ha sido observado y desmantelado en parte por la administración Trump.

La ONU fue creada después de la Segunda Guerra Mundial para —precisamente— preservar la paz. Sin embargo, conflictos ya de larga data (Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, Israel-Siria, India-Pakistán) le restan autoridad en el escenario mundial, mientras no colisionen con los intereses de las potencias que conforman el Consejo de Seguridad, con voz, veto y voto.
Aun así, la ONU tiene en su estructura organizaciones importantes que podrían mantener su presencia, tales como UNICEF, ACNUR, OMS, OIT, PNUD, BM, etc.; en cambio, la OEA no. Salvo las relacionadas a DD. HH.

En Perú, la actual situación geopolítica tiene varios enfoques. Veamos:

1. Inestabilidad interna y conflicto político.
El gobierno, que llegó al poder tras la destitución en 2022 de Pedro Castillo, continúa enfrentando crisis institucional, con altos niveles de rechazo (según FTI Consulting, un 93 %) y cambios frecuentes en el gabinete.
Se han aprobado reformas importantes, como la conversión de Congreso unicameral a bicameral y la convocatoria de elecciones generales para el 12 de abril de 2026, pese a que en 2018 se dio el referéndum al pueblo peruano cuando manifestó su rechazo al retorno a la bicameralidad. Es polémico que los mismos congresistas actuales se beneficien con una reelección para senadores o diputados, donde ellos mismos aprobaron una ley para el retorno a la bicameralidad y donde ellos mismos pueden postular.

2. Crisis de seguridad.
La violencia criminal, especialmente vinculada a organizaciones transnacionales (Tren de Aragua) y bandas locales (Injertos del Cono Norte), ha crecido, llegando a niveles de atentados con explosivos en Trujillo y Pataz, con decenas de muertos y heridos.
Para enfrentarlo, se implementaron estados de emergencia en diversas zonas del país, “cuartos de guerra”, todos sin resultados efectivos. Es obvio que el gobierno no quiere más problemas tipo disturbios violentos que puedan resultar luctuosos, pese a que el Congreso de la República —no así la Fiscalía— le ha archivado la denuncia congresal por las muertes a causa de los disturbios violentos de dic. 22–ene. 23.

3. Economía y minería informal.
Perú mantiene un superávit externo gracias a altos precios del cobre y oro, con proyecciones de crecimiento de +3 % en 2025.
Aunque suene contradictorio, es posible que en un país aumente la producción (crece el PBI) pero también aumente la pobreza. Esto ocurre cuando el crecimiento económico no es inclusivo ni equitativo; entonces los beneficios se concentran en una élite y la mayoría sigue siendo pobre o, incluso, empeora su situación.

4. Política exterior y relaciones internacionales.
Perú impulsa acciones multilaterales en la OEA al formar parte de la petición para declarar al Tren de Aragua como grupo terrorista regional.
Perú mantiene fuerte y estrecho vínculo con China, su principal socio comercial. Es información abierta que China se ha posicionado en América con el Puerto de Chancay (principal hub logístico en la zona), además de tener fortísimas inversiones en minería. China lidera la inversión extranjera en minería en el Perú, con más de US $11–13 mil millones, que representan alrededor del 20–21 % de la cartera de proyectos mineros, según cifras oficiales del Ministerio de Energía y Minas (Las Bambas, Toromocho, Marcona, Río Blanco, etc.).
China concentra ahora más del 50 % del suministro eléctrico en Lima, creando una posición dominante en el sistema nacional. En 2020, la estatal China Yangtze Power (filial de China Three Gorges) adquirió Luz del Sur, empresa que distribuye electricidad en el sur de Lima y Callao, con más de un millón y medio de clientes. En 2023, China Southern Power Grid International (CSGI) compró el 83 % de la filial de Enel en Lima Norte por aproximadamente US $2.9 mil millones, renombrándola Pluz Energía Perú.
Con ello, las distribuidoras de Lima (Luz del Sur y Pluz) quedaron bajo control de dos grandes estatales chinas, dominando más del 50 % de la distribución eléctrica nacional.
No es en vano que China haya adoptado medidas para Perú, como el ingreso sin visa para peruanos desde junio de 2025.

5. Gobernabilidad, reforma institucional y derechos humanos.
La crisis de gobernabilidad en el Perú ha ido en aumento. Ya no solo es la poca y casi nula aceptación del Ejecutivo, sino también el rechazo al Congreso, que ha evidenciado su ineficiencia y poco conocimiento de la cosa pública, descubriéndosele malos manejos y legislaciones interesadas y direccionadas que a ningún congresista parece importar. La crisis de gobernabilidad se ha enraizado también en el otro poder del Estado, donde se mantiene aún una pugna por ocupar la Fiscalía de la Nación, la cual dejó en evidencia lo precario del sistema y la interesada captura de un poder como el de la Fiscalía, donde se cree que existe una politización y sesgo ideológico en disputa.
En base a disposiciones del mismo presidente Trump, en Perú se debatieron reglas más estrictas para ONGs —transparencia de los aportes que reciben—, lo que generó críticas de sectores de derechos humanos por su posible impacto restrictivo.
En Perú aún existe una brecha ideológica muy marcada entre el centralismo limeño y la marcada posición del sur peruano. De las tantas brechas que hay, también tenemos la brecha ideológica entre derechas e izquierdas, cuyo posicionamiento en las próximas elecciones se vuelve cada vez más marcado. Un frente importante que se ha generado es la asunción del aymara Alanoca en la izquierda, a la par de la alianza con Antauro y el partido de Martín Vizcarra, quien acaba de salir indemne ante el pedido de cárcel preventiva solicitada por la Fiscalía. Vizcarra está a la espera del pronunciamiento de la CIDH respecto a las sanciones del Congreso que lo han inhabilitado por 10 años para ejercer cargo público.

6. Gestión regional de las fronteras.

  • Migración venezolana: Perú alberga aproximadamente 1.5 millones de personas venezolanas, de las cuales más de 532,000 han solicitado refugio, siendo Perú el principal destino en América después de Colombia.
  • Migración boliviana: Con la crisis económica y política en Bolivia, se esperan movimientos migratorios hacia Perú que se suman a los cerca de 1.5 millones de venezolanos ya residentes.
  • Fronteras con Ecuador: Existen esfuerzos de cooperación transfronteriza con Ecuador —incluyendo brigadas y operativos conjuntos— para combatir la migración irregular y el crimen organizado.
  • En julio de 2024, Perú reconoció como fraudulenta la elección de Nicolás Maduro y suspendió relaciones diplomáticas, lo que complicó vías legales para venezolanos en Perú.

Crimen transnacional: La banda criminal venezolana “Tren de Aragua” está activa en Lima y zonas fronterizas, involucrada en extorsión, sicariato, trata de personas y tráfico de migrantes. El Congreso lo declaró organización terrorista transnacional en marzo de 2025.

PERÚ EN EL MUNDO

Sabemos que el único hegemón actual es EE.UU.; aún no hay país que le haga sombra en el escenario mundial, principalmente en lo militar. Sin embargo, el concepto de “país vs. país” ya va quedando a la saga, y podríamos tener otro hegemón compuesto por un bloque —por ejemplo, el BRICS—. Difícil que la UE se reponga del abandono en que la ha dejado EE.UU., más aún con el enfrentamiento proxy que mantiene a través de Ucrania, donde el problema sigue escalando peligrosamente.
Por ahora, el BRICS es una preocupación para el hegemón actual. El BRICS no solo tiene los países más populosos del mundo y además más extensos; tiene también una triada militar y nuclear devastadora (Rusia-India-China). Si algo le preocupa a Trump, con seguridad es el BRICS. Que, aunque oficialmente es un foro comercial, no se comporta en esos términos para nada. Se han subido al coche BRICS varios países más, que solos no representan peligro alguno, pero juntos sí lo son.

¿Qué debe hacer Perú en este escenario actual?

No precipitarse y no orientar su máximo esfuerzo con actor alguno. Tenemos un tema pendiente de compras militares con EE.UU. que, desde el primer gobierno de Trump, quedaron en stand by. Lo recomendable es retomarla, y con seguridad Trump acelerará ese proceso.
Con China ya tenemos más que un buen lazo económico. El hub logístico de Chancay, el puerto de Marcona, las empresas de luz, varias concesiones mineras, son más que bastante.
De hecho, no deberíamos perder tampoco la vieja relación que tenemos con Rusia desde que eran URSS. Buena parte de nuestro material de defensa llegó de allá, y aún tenemos material operando (helicópteros, aviones, tanques, antiaéreas, artillería, etc.).

Mantener un equilibrio en nuestras relaciones internacionales es clave y sabio, a futuro. Nuestra soberanía, independencia e integridad territorial no deben estar en juego en ningún caso.

General del Ejército de Perú, en situación de retiro, ex Jefe del Comando Conjunto de las FFAA, Ex Comandante General del Ejército, Ex Comandante del Comando Especial VRAE, ex Comandante del Frente Huallaga


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