La Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) ha encendido las alarmas sobre un aditivo común en alimentos procesados: el colorante amarillo N.° 5, conocido también como tartrazina. Este compuesto sintético, derivado del petróleo, ha sido calificado como dañino para la salud por expertos en nutrición.
La nutricionista Pierina Papadopulos, en declaraciones a Canal N, fue categórica: “La tartrazina es un colorante artificial derivado del petróleo, y su consumo representa un serio riesgo para la salud pública”.
Ante este escenario, Digesa ha dispuesto que las empresas que fabrican productos con tartrazina (código SIN 102) deben incluir en sus etiquetas una advertencia específica. Esta debe colocarse al final de la lista de ingredientes, en letras mayúsculas y negrita, con la frase: “CONTIENE TARTRAZINA”, y agregar la recomendación de consumo: “uso recomendable de hasta 7.5 mg/kg peso/día”.
Las compañías tendrán un plazo máximo de un año (365 días calendario) para agotar los productos con etiquetado anterior. Además, se las exhorta a iniciar el reemplazo progresivo de este aditivo por alternativas autorizadas por el Codex Alimentarius, dando prioridad a los alimentos dirigidos a niños y niñas. Este proceso debe gestionarse mediante el TUPA 31, señala el comunicado oficial.
Papadopulos, sin embargo, cuestionó el largo plazo otorgado a las industrias: “Lo ideal sería retirar estos productos de inmediato. No se justifica seguir exponiendo a la población a un compuesto tan nocivo”, opinó.
La tartrazina está presente en una variedad de alimentos procesados como bebidas amarillas, papas fritas industriales, gelatinas, caramelos, galletas, gomitas y hasta en sopas instantáneas. Ante la nueva disposición, se espera una respuesta más responsable por parte del sector alimentario.